“Me levantaba y me iba al baño; me miraba en el espejo y me decía fuerte: ‘dale, vos podes jugar bien, dale’. Esa noche casi ni dormí”, recuerda Agustín Lagos sobre la autoarenga de aquella noche previa a su debut como jugador profesional el 22 de febrero de 2020.
Con 18 años recién cumplidos, Ricardo Zielinski había decido mandar al santiagueño como titular en aquel partido con Lanús que terminaría en un empate agónico 2-2. Y el nacido en La Cañada (departamento Figueroa) no desentonó, aunque los nervios le jugaron una mala pasada y fue reemplazado a los siete minutos del segundo tiempo. “Fue una contractura tremenda, nunca había sentido algo así”, cuenta el jugador que no se puso nervioso ni ansioso para esperar la chance que posiblemente tenga esta noche. “Ahora ya perdí esos nervios del debut. Por ahí, en los primeros partidos, uno inconscientemente se pone nervioso”, relata el juvenil sin titubear.
Durante estos cuatro años, Agustín trabajó para perfeccionar todo lo concerniente a su juego, incluyendo la pelota parada, algo en lo que empezó a destacarse.
“Aprendí a pegarle a la pelota con Fabián Monzón. Siempre después del entreno me decía ‘vení, pibe vamos a patear’ y estábamos horas pateando”, admite el futbolista que en Reserva tiene tres goles de tiro libre gracias a que fue un buen alumno y repitió el ejercicio mil veces. “Cuando agarrás el golpe ya está; terminé de aprender cuando ya no estaba Monzón en el plantel. Es difícil para los arqueros porque la pelota pasa la barrera, baja de golpe y no le da tiempo. El golpe es corte -expresión para decir similar o parecido- Cristiano Ronaldo”, dice y larga una carcajada.
Mientras Lagos le responde a LA GACETA desde el césped del Monumental, ensaya algunos tiros libres. Como esta vez no tiene arqueros, coloca una pechera (para afinar la puntería) en cada ángulo del arco que da hacia tribuna Caro. “Escucho mucho lo que me dicen los arqueros. Todos admiten que es el tiro más complicado porque cuando aparece sobre la barrera, ya empieza a bajar y gana velocidad”, señala el jugador que tiene una pegada estupenda. No en vano asistió en Punta del Este a Justo Giani en el partido amistoso ante Danubio. “Antes le quería pegar al arco y la tiraba allá donde dice ‘Luis Caro’; ahora tengo mayor control”, aclara.
Esta noche Agustín estará otra vez ante una oportunidad inmejorable. Por lo que vino mostrando la dupla durante los amistosos y en los últimos entrenamientos, el jugador de 22 años podría arrancar de titular ante Rosario Central por la Copa de la Liga. “Tengo la confianza de mis compañeros y del cuerpo técnico. Si me toca jugar o desde donde me toque estar, quiero aportarle lo mejor al equipo”, reconoce el lateral derecho antes de admitir que prefiere ir día a día y no se vuelve loco con la titularidad. “No suelo tener la mejor expectativa; trato de ser más pesimista y no me imagino jugando. Es parte de la estrategia para estar tranquilo. Si juego me sorprenderé y si me toca hacerlo, daré lo mejor de mí. Estoy siempre disponible para entrar a la cancha”, anticipa.
La confianza que parece haber ganado con los minutos que sumó en los últimos partidos de Primera en 2023 es importante. “Siento que este año estoy en otra consideración, pero el año pasado para mí fue bueno. Me sirvió ir a la Reserva para agarrar ritmo y sentirme más confiado, ahora quiero trasladar eso en la Primera. Me siento preparado”, sostuvo Lagos que hasta la charla táctica pensará que el titular ante el “canalla” saldrá de entre Néstor Breitenbruch y Renzo Tesuri.
“Las prácticas vienen siendo muy intensas. Además nos estamos armando como grupo; tenemos todavía muchas cosas por mejorar, pero eso es cuestión de tiempo. Los técnicos me piden que tenga el compromiso para volver con la marca, pero también que me suelte más y pase al ataque seguido”, admite.
Si para Lagos ya había sido todo un sacrificio y una odisea llegar a Tucumán con 15 años en búsqueda de su sueño, alcanzar esa cima y poder mantenerse en ella es muy valorable. Sobre todo si se tiene en cuenta que desde su debut a hoy, sólo jugó 19 partidos en el “decano”. “Siempre dicen que lo difícil es mantenerse en Primera, por eso me hace muy bien saber que Ignacio (Maestro Puch), Nicolás Romero, Kevin (Isa Luna) Ramiro (Ruiz Rodríguez) o Nicolás Laméndola están agarrando continuidad. Compartí con ellos mucho tiempo en inferiores y en Reserva, y esto es un reconocimiento por el sacrificio”, valora.
Mientras la charla fluye naturalmente, él va afinando la puntería y los tiros libres empiezan a inflar la red. “Esto es cuestión de practicar. Tenemos algunas jugadas preparadas; a veces le pega Joaquín (Pereyra) otras yo, pero no tengo drama si él quiere patear. Imaginate que ya con menos partidos en Primera de cara dura le pedí varias veces que me deje intentarlo. Total con pedir no perdemos nada”, dice y lanza otra carcajada.
El objetivo que se pone Lagos es conseguir la clasificación en la Copa de la Liga, pero también tiene la ilusión de clasificar a los torneos internacionales. “Estuvimos cerca estos dos años; esperamos que la tercera, como se dice habitualmente, sea la vencida”, remarca y agrega que su familia seguirá las acciones del debut “decano” por TV. “Mi papá está enfermo. Debemos priorizarlo a él, ojalá se recupere pronto. Yo lo mismo sé que desde Santiago estará apoyándome y brindando ese cariño que se siente y que es muy importante para mí”, responde el defensor mientras acomodaba las pelotas, las pecheras y la barrera fija, elementos muy familiares para él.
Dicen que la práctica hace al maestro y Lagos en esto de los tiros libres está camino a serlo. Ya lo probó en Reserva, ahora quiere hacerlo en Primera y espera que éste sea su año. Por lo menos, parece que para él arrancará con el pie derecho.