Enero en Tucumán. Los termómetros rozan los 40 grados, el sol hace arder el asfalto, las piletas se llenan de niños que buscan alivio, las botellitas de agua son un accesorio más de hombres y mujeres, que además cargan con protector solar para proteger la piel y de repelente para no ser picados por ninguna clase de mosquitos. En medio de este contexto, los golpes de calor suelen ser motivo frecuente de consulta y también de recomendaciones que pueden encontrarse en diarios, revistas y redes sociales. Sin embargo, en el verano también hay otras condiciones médicas que suelen intensificarse, pero de las que se hablan menos, como por ejemplo, la retención de líquidos.

La medicina dice que la retención de líquido es la acumulación de agua en el tejido intersticial, es decir, que se acumula alrededor de las células de nuestro organismo y aunque el calor puede provocar que esta afección sea algo común en el verano, esta no es la única causa por lo que hay que prestar atención para saber cuándo acudir a un profesional.

“La retención de líquidos puede ser causada por problemas circulatorios, cardíacos, renales o hepáticos”, detalló al respecto el médico clínico Saúl Juárez en diálogo con LA GACETA, por lo que no se recomienda subestimar este problema a pesar de que existan causas que no sean patológicas como una hinchazón en las piernas tras un viaje muy largo en colectivo, o los edemas que presentan las embarazadas en la parte final de la gestación.

Juárez explicó por qué puede ser más común la aparición de esta condición durante el verano e indicó que “el calor lo que provoca es una vasodilatación, o sea que el líquido salga del interior del vaso sanguíneo hacia el espacio intersticial, provocando así un edema en brazos y piernas”.

¿Cómo nos damos cuenta que estamos reteniendo líquido? Los síntomas son bastantes notorios ya que pueden generar una sensación de pesadez. Además, ropa, anillos, zapatos o relojes pueden quedar de manera más ajustada pero también la piel pude notarse, brillante, tensa o apretada y el peso puede subir de forma repentina o rápida.

Además podría sentirse una menor flexibilidad en las articulaciones de los brazos y las piernas, como los tobillos, las muñecas y los dedos o incluso registrarse una reducción de la orina.

En este sentido, cabe destacar que aunque es menos común, el líquido también puede acumularse en la cara y el abdomen.

Es importante la consulta médica ya que este síntoma puede causar problemas a largo plazo como por ejemplo “a nivel renal o también en el metabolismo, algo que está muy relacionado con el aumento del peso corporal”, remarcó el profesional.

Cómo evitar el problema

Cuando lo que causa la retención de líquidos no es patológico, hay consejos que se pueden seguir para evitar su aparición o minimizar los malestares que causa.

“En principio, lo fundamental como siempre recomendamos es ingerir mucho líquido, esto es más de un litro y medio o dos litros de agua por día”, señaló Juárez en sus recomendaciones.

Y también remarcó que la actividad física es esencial para alcanzar el objetivo de un buen estado general de salud, casi tanto como evitar ingerir alimentos que tengan mucho contenido de sal, como ser las comidas rápidas o muy procesadas.

En cuanto a la alimentación, el experto añadió que se debe tratar de incorporar una amplia variedad de frutas y verduras aunque siempre tener presente que hay que lavar bien estos alimentos frescos. “Sobretodo si lo vamos a ingerir de forma cruda”, destacó.

“Hay que hacer una vida saludable, más en esta época de verano en la que en Tucumán tenemos altas temperaturas, siempre acompañando de una buena nutrición”, cerró Juárez.

Alimentos que ayudan

La nutricionista Luciana Bulovic, dialogó con LA GACETA sobre este tema y dejó recomendaciones sobre alimentos que sí se deben incluir en la dieta para ayudar a prevenir la retención de líquidos y también cuáles otros favorecen a su desarrollo.

“Para evitar los edemas, es bueno consumir leche, yogur, pescados frescos y carnes magras sin grasa”, comentó. A la vez, también indicó que “se recomienda mucho el consumo de frutas como ananá, pomelo y arándanos, y de verduras como berenjenas y remolachas, que favorecen la eliminación de líquidos”.

En contrapartida los alimentos que favorecen la retención de líquidos son principalmente los de alto contenido el sodio, indicó la especialista. “En este grupo encontramos conservas, embutidos, quesos curados, alimentos precocinados o envasados como papas fritas y galletitas”, enumeró Bulovic.

Otro buen aliado

En los últimos años empezaron a recomendarse también masajes de drenaje linfático, que ayudan con la retención de líquidos, además de ser una experiencia placentera.

“Es una técnica manual que se realiza con masajes suaves, generalmente en las piernas donde se tocan las linfas y sirve para ayudar a activar la circulación”, comentó María José, quien se dedica a realizar este procedimiento en un centro de estética.

“Es una técnica de masoterapia cuyo proceso es agradable y ayuda con la eliminación de líquidos, reduce la inflamación e incluso contribuye a mejorar el aspecto de la piel”, añadió. También aclaró que estos masajes son aptos para hombres y mujeres de cualquier edad, excepto en pacientes oncológicos quienes deben presentar una indicación médica antes de su realización.

“Después del drenaje linfático la única recomendación es tomar mucho agua con el objetivo de eliminar los líquidos y mejorar su eficacia”, cerró la profesional (Producción periodística: Ariane Armas).