Lujuria, amor, sexualidad, cosificación, adicción, enamoramiento fueron el repertorio de palabras que utilizó el Papa Francisco para dar forma a su discurso en la audiencia general del pasado miércoles. El Sumo Pontífice condenó la lujuria así como la pornografía y llamó a defender el amor como la base en las relaciones sexuales.
Javier Milei invitó formalmente al Papa Francisco a visitar Argentina: qué dice la cartaEl Papa Francisco en su audiencia pasada volvió a referirse a los “vicios y virtudes” y en su catequesis expresó que el segundo “demonio” que altera al “corazón” es la “lujuria”. El Papa Francisco incluyó este deseo en la categoría de “voracidad” junto con el ansia por la comida, pero en este caso, esta “es una especie de ‘voracidad’ hacia otra persona”
El Papa Francisco condenó a la lujuria como un “uso malsano” de la sexualidad
El Papa habló de este vicio como ese germen que contamina y “envenena” los vínculos sexuales entre las personas. Aquí, el Santo Jefe hizo una aclaración: “En el cristianismo no se condena el instinto sexual” y calificó a la sexualidad como una “hermosa dimensión de nuestra humanidad”, que va de la mano con “la dimensión del amor”.
Sin embargo, el Sumo Pontífice aclaró que el aspecto sexual no está exento del peligro e hizo referencia, apoyándose en los dichos de San Pablo Apóstol: “Hay un uso malsano de la sexualidad por parte de algunos cristianos".
El Sumo Pontífice describió el enamoramiento y explicó cómo puede “contaminarse”
Así el Papa se refirió al enamoramiento como una experiencia impactante, sorprendente, capaz de exteriorizar lo mejor de aquellos que lo experimentan. Expresó cómo “una persona se enamora de otra, el enamoramiento llega”, sin un por qué o fundamento y que es lo asombroso de esta vivencia. También habló de un estado de entrega desinteresada: "Una persona enamorada se vuelve generosa, disfruta haciendo regalos, escribe cartas y poemas. Deja de pensar en sí misma para proyectarse completamente hacia el otro. Es bello esto".
Pero el enamoramiento puede “ser contaminado” por ese vicio que tanto desestima el Papa en su catequesis: “Este 'jardín' donde se multiplican las maravillas no está, sin embargo, a salvo del mal. Puede ser contaminado por el demonio de la lujuria”. Y así, facilitó dos razones por las cuales este vicio es tan incómodo.
Posesión, castidad y pornografía: el Papa enumeró las razones por las que la lujuria es “peligrosa”
“En primer lugar, porque devasta las relaciones entre las personas”, sentenció el Papa. En consecuencia, el Papa habló de que el acto de amor implica el respeto, el desear la felicidad del otro y cultivar la empatía por sus sentimientos. “Amar es esto, el amor es hermoso”, contempló el Sumo Pontífice, e introdujo a la lujuria como su antónimo: “La lujuria saquea, roba, consume de prisa, no quiere escuchar al otro sino sólo a su propia necesidad y placer; la lujuria juzga aburrido todo cortejo, no busca esa síntesis entre razón, pulsión y sentimiento que nos ayudaría a conducir sabiamente la existencia.”