El aumento de precios se hizo sentir este verano en la Costa Atlántica, donde se registró una remarcada disminución de turistas respecto a otras temporadas. Pese a la inflación, que nuevamente superaría el 20%, algunos tucumanos decidieron pasar sus vacaciones en las playas argentinas y notaron cómo afectó al bolsillo la crisis económica que atraviesa el país.
El año comenzó generando preocupación en Mar del Plata. La crisis económica, junto con las medidas gubernamentales, impactaron no solamente a las playas conocidas, sino también a comerciantes de balnearios más pequeños, lagunas y pueblos rurales, provocando incertidumbre en la región.
Playas espaciosas durante el día y mesas libres en los locales gastronómicos en las noches fueron el reflejo de que la escasa solvencia de los veraneantes frente a los elevados precios.
Sin embargo, los datos del Gobierno bonaerense dan cuenta del repunte en el nivel de visitas que se registró durante el tercer fin de semana de enero. Según datos del sector, el nivel de ocupación alcanzó el 90%, lo que representó un incremento del 20% en relación a las primeras semanas del mes.
Qué dicen los tucumanos que fueron en enero a la Costa Atlántica
Andrea Cruz, que disfrutó de sus vacaciones en Necochea junto a su esposo y sus dos hijas, comentó que, en comparación con otros años, notó un aumento significativo en los precios de los alquileres y de la comida. "Yo creo que la crisis se refleja en la cantidad de gente y el consumo. Salir a comer es un lujo. Si antes lo hacías todos los días, tal vez ahora lo haces dos o tres veces por semana", expresó la psicopedagoga de 31 años a LA GACETA.
"Nosotros decidimos evitar las concentraciones de gente como ocurre en Mar del Plata. Ahí, el año pasado nos cobraban $290.000 por un departamento durante 15 días frente a la playa. Hoy, esa misma propiedad está entre $600.000 y $900.000", añadió.
Por este motivo, junto a su familia, optaron por visitar Necochea, que no tiene el flujo de gente que tiene "La Feliz", pero cuenta con una playa hermosa. Allí consiguieron hospedarse siete días en un hotel pagando $200.000 para cuatro personas, con desayuno incluido.
Cruz destacó las ventajas de Necochea, como los precios más accesibles en los alimentos y las promociones en bares para niños: "Desde mi punto de vista, aconsejo buscar otros lugares. Hay muchos sitios hermosos que no son tan conocidos y ofrecen los mismos atractivos", recomendó.
Desde Miramar, Constanza Turbay, licenciada en Artes Plásticas, compartió impresiones similares. En comparación con 2023, notó menos gente, especialmente en los locales gastronómicos: "El año pasado había mucha gente haciendo fila para comer en restaurantes y pizzerías, algo que ahora no se ha visto. Es más, te diría que vi muy, muy, pero muy poca gente haciendo fila para comer. Me parece que bajó el consumo o disminuyó la cantidad de gente vacacionando".
Turbay detalló que en la zona los precios son muy variados: una pizza puede costar $3.800 en un restaurante y $6.000 en otro. "Lo que sí me parece caro es comer en la playa, en los bares cercanos al mar", señaló la mujer de 40 años.
También mencionó que una carpa por día en los balnearios cuesta $23.000. Estimó que una familia podría gastar fácilmente $100.000 por día, y muchos tienen un gasto base de $40.000, sin contar las comidas, sólo merendando en la playa con un mate.
Por otro lado, Tomás Liuzi, un comerciante tucumano de 27 años que se encuentra en Mar del Plata, confirmó que nota menos gente. "De lunes a viernes está muy tranquilo todo, se ve muy poca gente", afirmó. Además, indicó que los sábados es evidente la llegada de más gente de Buenos Aires debido a los altos precios. Ejemplificó algunos costos, como una paella a $12,000, una porción de rabas a $10,000, y las gaseosas a $1,500. Una milanesa napolitana sale $6,000.
"La gente se va de la playa a comer a sus casas y vuelve a la tarde nuevamente", observó. También aseguró que los bares, que en años anteriores estaban llenos, ahora están al 70%.
Pamela Arrieta, licenciada en Comunicación de 26 años, relató su experiencia de viaje a Mar del Plata el 7 de enero, acompañada de cuatro amigas. "Pagamos media pensión en total: por cada una, el costo del viaje fue de $135.000, incluyendo los traslados y la estadía. Además, optamos por la media pensión en un restaurante ubicado a 4-5 cuadras del hotel."
Arrieta destacó que la media pensión les permitió economizar, a pesar de que el menú que consumían por noche tenía un valor de $6.000, incluyendo entrada, plato principal, bebida y postre.
En relación a la comida en la playa, la joven comentó: "Los panchos, churros y choclos que se venden dentro de la playa tenían un costo significativamente mayor en comparación con los mismos productos que podíamos adquirir a una cuadra antes de ingresar a la playa. Por ejemplo, los panchos, que venían con aderezos y rellenos de papas, costaban $2.500 en la playa y $1.500 a una cuadra. Lo mismo ocurría con los churros y el choclo, que son opciones comunes para consumir en la playa".
Según su análisis, uno de los gastos más significativos se vincula a los boliches. Las entradas oscilaban entre $10.000 y $15.000 por persona, y dentro de los locales, un vaso de vodka alcanzaba los $5.000 en el mejor de los casos.