En el mercado el nerviosismo se exterioriza con el recalentamiento del precio del dólar. Las diferentes cotizaciones han experimentado una remontada en los últimos días por efecto de la falta de definición legislativa del paquete de medidas (mega DNU y Ley Ómnibus) con la que el presidente, Javier Milei, intentará corregir los desequilibrios macroeconómicos de la Argentina. Los operadores esperan que haya avances sobre el ajuste fiscal, que actúa como un “ancla”, así como se monitorea la política monetaria o cambiaria.

La tendencia alcista se mantiene. Por caso, el dólar blue subió ayer $ 15 y se negoció a $ 1.240 para la venta, aumentando la brecha cambiaria con el dólar mayorista que rompió la barrera del 50%. En lo que va del mes, la cotización paralela experimentó un salto de $ 215 y podría ser una de las pocas opciones que le ganen a la inflación esperada del primer mes del año.

En cuanto a los dólares financieros, la jornada comenzó convulsionada con un Contado con Liquidación (CCL) rompiendo el techo de $ 1.300 y estableciendo un récord máximo nominal al cerrarse operaciones en $ 1.318. Pero luego recortó la suba y cerró en $ 1.283,57. Siendo así, la brecha se ubica en el 57%.

En cuanto al MEP, la dinámica fue similar a la del CCL pero con una subida hasta los $ 1.662, cuando no se convalidaron más esos precios y bajó a los $1.227,61 finales, subiendo un 0,5% en la jornada y estableciendo una brecha del 49,8% con el mayorista.

La cotización oficial tras el ajuste diario pasó a $ 838,75 en el Banco Nación, a $ 866,51 en el resto de los bancos del sistema y a $ 819,20 en el tramo mayorista. Con estos valores el dólar para gastos en moneda externa con Tarjeta vale $ 1.342.

En tanto, el Banco Central (BCRA) adquirió U$S 172 millones de dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), con lo que acumula en lo que va del mes compras por U$S 2.114 millones. Más allá de que se prolongan por ahora las compras del BCRA, y así la acumulación de reservas, los operadores continúan atentos al regreso de los importadores a la plaza ya que ello podría erosionar la capacidad de sumar divisas, advierte el economista Gustavo Ber. “Una mayor dolarización, alentada por las tasas reales muy negativas y la próxima caída en la demanda de dinero, sigue empujando a los dólares financieros y así ampliando la brecha por encima del 50%”, acotó. Según el analista, ese nivel podría comenzar a despertar mayores expectativas respecto de una nueva devaluación antes la cosecha, justamente para incentivar la liquidación tras el atraso que, para entonces, se acumularía de sostenerse esta tendencia del verano.

Las turbulencias con el dólar se esperaban para febrero, pero todo indica que ya empezaron considera por su parte el economista Eduardo Robinson. La tensión va creciendo con el dólar, que en los últimos días muestra un empinamiento en sus cotizaciones. Todos siguen apuntando a cotizaciones nominales récord en los $ 1.300. La brecha entre los dólares libres y el oficial, que tras la devaluación del inicio del mandato se redujo hasta un 10%, un mes después orilla el 60%.

¿A qué se debe esta tensión cambiaria? Según el consultor, varios factores están incidiendo:

• El exceso de pesos heredados de la catarata de emisión que dejó la campaña electoral, que empieza a reflejarse con nitidez al disminuir la demanda de pesos en medio de un severo proceso inflacionario.

• La reducción en las tasas de interés de plazo fijo, que dejó sin esta alternativa para el pequeño y mediano ahorrista, con el estiramiento de días del plazo fijo de la modalidad UVA, que pasó de un mínimo de 90 a 180 días.

“Si bien los pronósticos de la cosecha gruesa siguen siendo alentadores, aún faltan varios meses. Y, aunque se aliviará la situación de las reservas del BCRA, también irá incrementándose la demanda de dólares para importación”, subraya el economista.

Otro aspecto que Robinson sugiere no perder de vista es el proceso inflacionario, que está devorando la devaluación del 120% que instrumentó en diciembre último el ministro de Economía, Luis Caputo. En definitiva, con pocos instrumentos de cobertura frente a una inflación agresiva, el dólar es el refugio para el magullado peso. “Toda esta situación, es altamente probable que continúe por varios meses. El problema es que las minidevaluaciones del 2% ya resultan obsoletas. Por ahora, la licuadora de pesos continuará hasta que termine el proceso de reacomodamiento de precios y tarifas”, finalizó Robinson.