Atravesado por las rutas 40 y 60, el oeste de Catamarca se constituye como un territorio único repleto de paisajes increíbles. Sierras, valles, aguas termales, artesanías, arqueología, fiestas e historia. A pocos kilómetros de Tucumán, tiene todo para unas imperdibles vacaciones. 

Londres: la segundad ciudad más antigua del país

Su nombre es homenaje a la reina María Tudor, esposa del rey Felipe II de España. Es la segunda ciudad más antigua de Argentina; fue fundada el 24 de junio de 1558 por el capitan Juan Pérez de Zurita bajo el nombre de “Londres de la Nueva Inglaterra”. Allí se producen artesanías en tejidos; nueces y otras frutas. Para los amantes de la historia hay un interesante City Tour por las dos Iglesias y “las dos ciudades”. Es que los vecinos diferencian en dos partes el pueblo: están “Londres de Arriba”, que es la parte más vieja, y “Londres de Abajo”, el segundo centro, más poblado. En el primer Londres está la Iglesia de la Inmaculada Concepción, que data de 1825, pero es consecuencia de la llegada de los jesuitas entre 1612 y 1630. La segunda Iglesia (en Londres de Abajo) es la de San Juan Bautista, fundada a finales del siglo XIX. Y eso no es todo: en las afueras del pueblo está el sitio Arqueológico Inka “El Shincal”; son ruinas por las que atraviesa el Camino del Inca. Investigaciones confirmaron que es el lugar más austral al que llegó esta cultura. Según los estudios, el lugar tiene más de 600 años, y su época de gloria fue entre el 1380 y el 1600. En el predio de 17 hectáreas hay senderos del centro urbano, construcciones y restos arqueológicos, un museo, un centro de interpretación y un espacio con servicios gastronómicos. Para solicitar información podés comunicarte al +543835491019.

Hualfín: historia y naturaleza que se unen

Cuenta la leyenda que su nombre es en honor a un cacique de la zona del Valle de Hualfín. “Hualfín” proviene del quechua “Gualfin” o de “Malfín” en la lengua madre del pueblo originario del lugar. Una de las mayores acepciones del nombre es la de “pueblo rodeado de fortificaciones”, por la presencia de grandes yacimientos arqueológicos en la zona, como el Pucara de Hualfin, Lomas de Maray y Hualfín Inca.

La localidad se halla a una altitud de 1.847 metros sobre el nivel del mar (msnm). Este valle guarda y atesora un pasado lleno de hechos históricos que conformaron la zona. Hualfín tiene atractivos para todos: su iglesia es la segunda más antigua de Catamarca; la ciudad posee viñedos y hasta la Terma de la Quebrada de Hualfín, con aguas de 36°C. Los amantes de la naturaleza no pueden perderse la visita a “Pozo Verde”, un entorno natural con piletones de agua naturales de un llamativo color verde esmeralda (por los minerales del suelo). Allí hay un camping con asadores; desde allí, además, parten algunos recorridos de trekking. Para más información, podés llamar al +543834954249.

Pozo de Piedra, altas montañas y senderismo

Está ubicado a tan sólo 34 kilómetros de la ciudad de Belén. En Pozo de Piedra se conjugan la cultura milenaria, la arqueología y la naturaleza en todo su esplendor. Se trata de un municipio que une varios poblados que se dedican a la producción de nogal, y se enmarcan dentro de lo que se conoce como el circuito “Norte chico” de Catamarca. Además de sus pintorescos hospedajes, Pozo de Piedra tiene muchas actividades de turismo aventura para ofrecer: hay cabalgatas (con safari fotográfico incluido) a Piedras Pintadas, Huasayaco, el Punteagudo y Alto La Toma, entre otros lugares. Además se brindan recorridos guiados de senderismo con baquianos a pie o en vehículo, y hay extensas rutas de trekking que parten desde Embalse La Toma, Las Harcas y El Totoral, entre otros lugares. Más información y asistencia al teléfono +543835464504.

Belén, para sumergirte en la puna catamarqueña

Entre majestuosas montañas se levanta la ciudad de Belén, uno de los destinos por los que atraviesa la ruta nacional 40. La villa es la puerta a los Valles Calchaquíes; se caracteriza por sus paisajes, por la presencia de sus experimentados artesanos textiles (se conoce el pueblo como “La Cuna del Poncho”). por su gastronomía, por su riqueza arqueológica y por su mundo cultural. Ahora, ¿qué se puede hacer? Además de recorrer el Museo Arqueológico Cóndor Huasi -que posee una de las colecciones de arte precolombinas más valiosas del país-, hay mucha naturaleza para visitar: la Quebrada de Belén es un atractivo recorrido de 11 kilómetros alrededor de imponentes montañas y del caudal del Río Belén. A la vera del río, incluso, se encuentra el Centro Recreativo Famayfil, un espacio para la realización de prácticas deportivas y actividades al aire libre. Y eso no es todo, cerca de Belén está la Reserva de Biósfera Laguna Blanca; allí se realizan actividades de turismo activo sustentable, como avistaje de flora y fauna y safaris fotográficos, entre otras.

Villa Vil, un paraíso escondido lleno de castillos

A 80 kilómetros de Belén y a 365 de San Fernando del Valle de Catamarca se erige esta pintoresca y apacible localidad, que ofrece a sus visitantes todo lo necesario para una estadía tranquila y en contacto con la naturaleza. Allí viven sólo 600 personas, a la vera de la ruta provincial 43. El paraje está impulsando el turismo a partir de dos atractivos: sus famosos Castillos y las aguas termales. Los Castillos son una impactante formación rocosa natural de origen volcánica, que se fue moldeando por acción del agua y del viento durante millones de años. Se recomienda sólo visitarlos en compañía de un guía; allí se realiza un trekking de dificultad media, con una duración de tres a cuatro horas. El segundo atractivo -que trajo grandes resultados en 2023- son las termas de Villa Vil: se inauguró recientemente un complejo a 3 kilómetros del pueblo, con tres piscinas. Las temperaturas del agua varían entre los 33° y los 42°. Para más información, podés comunicarte con la Dirección de Turismo de Villa Vil, al +543835460403.