Se estima que el 3,8% de la población mundial la experimenta; casi 300 millones de personas en todo el mundo conviven día a día con la depresión, un trastorno que resulta de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Y para sensibilizar y concientizar a la población sobre el tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyó el 13 de enero como el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión.

“Es una patología recurrente, con tendencia a la cronificación, y genera un gran sufrimiento en la persona y su entorno. Se cree que para 2030 podría convertirse en la principal causa de discapacidad en el mundo”, advierte Roberto González Marchetti, psicólogo y presidente de la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán (Feput).

Y como alarma al mundo que la depresión pueda convertirse en una pandemia, se hace imprescindible conocer sobre ella, para orientar y sensibilizar a la población. “Las personas con depresión suelen tener el ánimo negativo y la conducta derrotista, como resultado de un cambio en el modo de percibir la realidad -explica el profesional-. Tiene que ver con el modo en que se procesa o interpreta la información del entorno. En el caso de la depresión, esos pensamientos se enredan en una visión negativa de la persona afectada, del entorno, y del futuro.

Las personas con la patologia depresiva -advierte González Marchetti- suelen caer en adicciones a sustancias y en adicciones comportamentales; también pueden ser víctimas de ideas suicidas.

Señales y diagnóstico

Existen señales de alarma que tienen que ver con el nivel de desesperanza. “Es decir descreimiento o escepticismo respecto del presente y de que las cosas cambien en el futuro. Además, las personas deprimidas pueden tener de repente una mejoría abrupta, aparentemente injustificada; y eso puede ser un indicador de que haya tomado la decisión de suicidarse. Lo mismo se infiere cuando la persona se desprende de cosas muy valiosas puede ser una señal de advertencia”, resalta.

El psicólogo explica que la depresión es un trastorno que afecta las emociones, la conducta y la percepción que se tiene de la realidad. “Muchas veces, personas con depresión pueden tener un ineficaz diagnostico al considerar que algunas reacciones del paciente son normales o propias de la personalidad. Cuando la depresión se trata adecuadamente, la respuesta es, en la mayoría de los casos, favorable”, dice.

Cómo ayudar

La población con mayores riesgos -indica el experto- son las mujeres, los jóvenes, y los adultos mayores. Estos últimos tienen más frecuencia de padecimiento. González Marchetti dice que hay varias formas de ayudar: no estigmatizar a la persona que esta en un estado depresivo; tener un escucha empática y colaborar en la búsqueda de una ayuda profesional.; no dejar sola, a la persona afectada, ni tampoco creer que una frase motivadora o una palmeada en el hombro es la solución; y hablar sobre la depresión en la familia y entre amigos ayuda a prevenir y a cuidarnos entre todos.

Hablar es clave. El psicólogo dice que este día, además, sirve para eliminar el mito de que estar triste es estar depresivo: “La tristeza es una emoción y necesaria, básica en el ser humano para afrontar situaciones de estrés. Es episódica, y ayuda en la asimilación de la perdida. La depresión, en cambio es un trastorno crónico, que se extiende en el tiempo, y ocasiona disfuncionalidad en casi todas las áreas de la vida; allí la tristeza es un síntoma más”.

Causas:

- Predisposición genética.  

- Factores ambientales y sociales (pérdida del empleo, crisis económica, contaminación ambiental, entre otras).

- Factores relacionados a la crianza (traumas sin resolución o pérdidas afectivas).

- Enfermedades crónicas.

- Pérdidas afectivas o duelos prolongados.