La salud privada siente los golpes de la economía y, desde adentro, aseguran que “es un momento de mucho riesgo y peligro”. El desfinanciamiento, la descoordinación con las prepagas y obras sociales, y la violenta inflación son señalados como los principales problemas.

“El sistema de salud pende de un hilo”, afirmó Eduardo Vega Olguín, presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Tucumán (Acyst). Además, mencionó que “hay desfinanciamiento; el sistema está exclusivamente sostenido sobre la espalda de los médicos, bioquímicos, enfermeros y todo el personal que se desempeña dentro de un sanatorio. Trabajan con aranceles que no les alcanzan ni para comprar una pizza”.

La máxima autoridad de la Acyst dijo que la falta de respaldo, producto de los aranceles “atrasadísimos”, dan como resultado un “déficit crónico” del cual padecen las clínicas y sanatorios. “Nuestro capital de trabajo fue licuado por el cobro a 60 días con prepagas y obras sociales; mientras tanto, nosotros debemos hacer las compras al contado”, expresó. A lo que Roberto Manson, presidente del Directorio del Sanatorio Modelo, agregó: “debemos aumentar los sueldos en el corto plazo, pero a la vez hay retrasos en los pagos de aranceles; esto va a contramano. Nos cerraron los créditos y tenemos que comprar todo en un pago. Al mismo tiempo, los pagos dilatados representan pérdidas en lo facturado debido a la inflación, por lo que todos los días perdemos un 1% de esas facturaciones; si extendemos esto a los 60 días, ya perdimos un 60%”.

En cuanto a las prepagas nacionales, Vega Olguín se mostró crítico. “Logran muy buenos incrementos en sus cuotas, pero no lo vuelcan en los valores que pagan a nuestras prestaciones”, afirmó. En la misma sintonía, Manson adhirió a los dichos de su par y destacó el servicio sanitario más allá de la crisis, aunque describió a la situación como “muy difícil y riesgosa”, siendo la principal causa de esto el desfinanciamiento. “El principal problema es financiero, no económico. Los fondos deberíamos tenerlos, pero los pagos tardíos y las obligaciones inmediatas nos llevan a tener problemas”, subrayó.

Por otra parte, Manson afirmó que los traspiés comenzaron con el kirchnerismo, no se mejoró con el macrismo en el poder, empeoró considerablemente con la pandemia y el gobierno de Alberto Fernández y está explotando en este momento. “El crecimiento del sanatorio -Modelo- se da porque, contrariamente a otras Sociedades anónimas, nosotros reinvertimos, no pagamos dividendos. Los directores tampoco cobran sueldo, es una manera de proteger a nuestros profesionales y mejorar el servicio de los pacientes”, destacó.

Enumerando la gran cantidad de gastos sanatoriales, Manson sostuvo que “necesitan soluciones”, las cuales pueden encontrarse en el aumento de aranceles, los pagos en tiempo y forma, y reuniones con el Gobierno de la Provincia y el Ministro de Economía. “El Programa Médico Obligatorio (PMO) no puede garantizarse sin subir aranceles ni recibiendo pagos fuera de tiempo. Para mantener los servicios básicos se necesitan fondos; más aún cuando todo aumenta”. Finalmente, Vega Olguín aclaró que “la inflación en salud -en todo el mundo- es superior a la que marcan los índices generales”, por lo que “la medicina siempre termina siendo más golpeada”.

Virginia Giordano, coordinadora de investigaciones del Instituto de Desarrollo Social Argentino (Idesa), explica que “las clínicas no llegan a fin de mes, la gente está insatisfecha porque le aumentan todos los meses, los médicos están insatisfechos por sus bajos honorarios y el resto del personal de la salud también está disgustado con sus salarios”. La disconformidad abraza a todas las partes. Según la entidad, antes de 1996 no había mecanismo que regule las prestaciones que debían ofrecer obras sociales y prepagas.

•En 1996, el Ministerio de Salud creó el Programa Médico Obligatorio, que preveía la cobertura de las prestaciones médicas más frecuentes y tradicionales.

• En marzo de 2020, con la pandemia Covid 19, como medida de emergencia se dispone un congelamiento transitorio de las cuotas de las prepagas. Esto llevó a un congelamiento (transitorio) de los honorarios médicos y los aranceles de los centros de salud.

•→En la primera mitad de 2021, la inflación se aceleró y el gobierno evitó que los precios de las prepagas, médicos y centros de salud recuperaran lo perdido, desvalorizando las cuotas entre un 25% y 30%.

•→En los últimos dos años, las cuotas de las prepagas fueron acompañando la inflación, pero manteniendo la pérdida acumulada en 2020 y 2021.

“Como resultado, se llegó al peor de los mundos: todas las partes del sistema disconformes”, insiste Giordano.

Para mejorar el sector salud, es necesario contar con una macroeconomía saludable y priorizar el ordenamiento integral del Plan Médico Obligatorio (PMO), indica Idesa. 

(Producción periodística de Enzo Ferreira).