El presidente ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, asumió ayer la responsabilidad por el incidente casi catastrófico de Alaska Airlines y prometió “completa transparencia”, mientras el gigante de la aviación intenta salir de su última crisis.

 “Vamos a abordar esto, en primer lugar, reconociendo nuestro error”, dijo Calhoun a los empleados en una reunión de seguridad convocada después del aterrizaje de emergencia del viernes, que se produjo tras un panel de la aeronave se desprendiera en pleno vuelo. 

“Vamos a abordarlo con 100% y completa transparencia en cada paso del camino”, aseguró. Calhoun, quien llegó a la cima de Boeing en enero de 2020 cuando la compañía se tambaleaba tras dos accidentes mortales del 737 MAX, se comprometió en trabajar con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB), que está investigando el incidente. “Confío en cada paso que tomen, y ellos llegarán a una conclusión”, dijo Calhoun sobre la NTSB. (AFP)