Lo que parecía ser una cuestión de horas, se cayó como un castillo de naipes. Ricardo Blanco decidió aceptar el ofrecimiento de Ferro y San Martín se quedó sin el “10” que había elegido Diego Flores.
El domingo había arrancado con buenas sensaciones en La Ciudadela. El volante creativo nacido en Mar del Plata no había viajado a la pretemporada en Balcarce junto al plantel de Chacarita y en Bolívar y Pellegrini se frotaban las manos.
Durante la jornada de sábado, las tratativas habían avanzado de buena forma y todo parecía que iba concretarse de un momento al otro. “El jugador nos había dicho que quería jugar en San Martín; que si le sacábamos un pasaje se sumaba a la pretemporada en Salta”, había asegurado un vocero de la directiva “santa”. Sin embargo, el panorama cambió casi en un abrir y cerrar de ojos.
Ferro decidió abonar los 130.000 dólares que la CD del “funebrero” pedía por el pase del enganche de 33 años que había sido una de las figuras durante la última temporada de la Primera Nacional, y terminó quedándose con su ficha.
La noticia cayó como un baldazo de agua fría entre los dirigentes de San Martín, quienes vieron como en un par de minutos se alejaba otro de los futbolistas apuntados (hace unos días Juan Galeano decidió omitir el ofrecimiento “santo” para sellar su llegada a Atlético de Rafaela). “Es un muy buen jugador, pero ya está. Diego está analizando otras variantes en ese puesto. Lo concreto es que vamos a traer un volante de creación de jerarquía”, explicó un dirigente de peso en la toma de decisiones futbolísticas de San Martín.
“Tenemos que armar un gran plantel porque son los futbolistas los que marcan el rumbo y el objetivo dentro de cualquier campeonato”, había declarado el DT unas semanas atrás. Según le explicaron a LA GACETA allegados al cuerpo técnico, el puesto de enganche es clave en la estructura que Flores tiene en su cabeza.
Por ese motivo, mientras analizan algunas alternativas en los diferentes puestos que aún variantes, en Bolívar y Pellegrini comenzaron a estudiar quién puede será el volante por el que intentarán tirar “la casa por la ventana”.
Flores quiere tener entre dos y tres futbolistas por puesto
Flores quiere un plantel “largo”. Sabe que en un torneo tan largo y complicado como la Primera Nacional se necesitan variantes por lo que la idea es contar con entre dos y tres futbolistas por puesto.
Caído lo de Blanco, los dirigentes tienen la idea de ver qué depara el mercado de Primera División. Saben que a medida que se acerque el inicio de la Copa de la Liga (y a la vez el cierre del mercado de negociaciones), pueden llegar a aparecer opciones interesantes para la categoría. Por eso nadie se hizo demasiada “mala sangre” ante la negativa del ex Chacarita.
“Diego está tranquilo y contento con el plantel que se está conformando. Estas son situaciones que, lamentablemente, siempre aparecen. Muchas veces los jugadores usan a un club para acordar con otro”, dijeron desde La Ciudadela, mientras ya apuestan por un “plan B”.