Según el índice de Remuneración Imponible de Trabajadores Estables (Ripte), el poder adquisitivo de los argentinos sufrió una pérdida de un 11,1% los últimos cuatro meses. Esto se debió a la inflación, que sumó un 54,8% frente a un crecimiento inferior de los salarios formales que llegó solo a 37,6%.

En noviembre de 2023, los sueldos de los trabajadores, sin contar el empleo informal, aumentaron un 6,3% con relación a una inflación en ese mes de un 12,8%.

Hasta ese momento, en términos anuales, el promedio del salario bruto ha sido de $447.079,57, que indicó un aumento del 130,2% en 11 meses, frente a una inflación del 148,2%.

Para diciembre, se prevé otra caída abrupta del salario: un incremento de la inflación del 25% y haberes congelados.

Del mismo modo, se proyecta un porcentaje inflacionario entre el 20% y el 28% para enero, por lo que similar pronóstico se podría mantener.

Los salarios, en la gestión anterior

El Ripte indicó que los salarios sufrieron una disminución de un 28% del poder adquisitivo desde fines de 2015: 20 puntos serían de la gestión de Mauricio Macri y ocho puntos del gobierno de Alberto Fernández.

El aumento del mínimo salarial para la aplicación del Impuesto a las Ganancias a $1.980.000 aplicado en octubre, al igual que lo bonos no remunerativos y las devoluciones fiscales otorgadas el mismo mes, no afectaron las estadísticas del Ripte, porque el organismo solo consideró los ingresos a aportes de seguridad social.

En el Ministerio de Trabajo indicaron que las mediciones llevabas a cabo por el índice de medición marcan una tendencia, pero no reflejan completamente la evolución de los sueldos en el empleo formal privado.