En las últimas cuatro semanas, el rubro de alimentos acumula un aumento del 30,8%, según un estudio realizado por la consultora LCG. El informe también detalla que en la primera semana de enero, los precios de alimentos y bebidas tuvieron un incremento promedio del 4,6%, un valor inferior al de la última semana de diciembre (7,1%), pero superior al promedio histórico del último año.

Dentro de esa categoría de productos, se pueden identificar fácilmente algunos alimentos que subieron más que otros. De acuerdo con la medición, la suba más marcada durante la primera semana de enero fue la de "condimentos y otros productos alimenticios", con un marcado ajuste del 25,68%. Le siguieron en orden descendente los "panificados, cereales y pastas", con un aumento del 9,84%, y el rubro de "azúcar, miel, dulces y cacao", con un 5,51%.

Más atrás aparecen las carnes (4,41% de aumento), las bebidas (3,81%), las comidas preparadas (3,46%), el aceite (2,86%), los productos lácteos (2,54%) y las verduras (1,56%). En esta oportunidad, las frutas redujeron su valor en un 0,06%, por lo que podría considerarse que permanecieron sin cambios.

De todas formas, por su peso en la canasta básica de los argentinos, los rubros de mayor incidencia en la suba de los alimentos fueron los panificados y las carnes.

El informe, publicado por Infobae, señala que entre la primera semana de diciembre y la primera de enero, los precios de los alimentos avanzaron un 30,8%.

"El gráfico confirma que ese fue el peor resultado registrado desde enero de 2023 en adelante, pero lo cierto es que no se puede encontrar un período de mayor inflación desde la salida de la convertibilidad", dice el informe.

En este contexto, algunos rubros condicionaron la suba histórica de precios registrada en las últimas cuatro semanas. Una vez más, en el extremo más alto aparece "condimentos y otros productos alimenticios", con un incremento de punta a punta del 40,2%. Le siguen de cerca los aceites (38,6%) y las carnes (35,1%).

Fue significativo también el ajuste de precios que se vio en las góndolas de los productos lácteos y los huevos, cuyo valor al consumidor final se encareció un 33,8%. Apenas por debajo figuran las "bebidas e infusiones para consumir en el hogar", con un aumento del 33,2%.

De ahí para abajo, los incrementos fueron inferiores al 30%, aunque muchos de ellos fueron igualmente significativos. Sin ir más lejos, los panificados subieron un 27,7%, y las verduras, un 26,3%.