En el año 1966 el general Onganía, presidente de facto, ordena el cierre de 11 ingenios azucareros, produciendo un éxodo muy grande de la historia argentina, por lo que miles de tucumanos quedaron sin trabajo. Fue porque la dictadura de entonces prefirió las importaciones de azúcar y beneficiar a ese sector y arruinar a la industria azucarera tucumana, produciendo un dolor muy grande a las familias que se desarraigaron y desmembraron, sometidas a la más vil de las pobrezas. La puerta de salida eran las estaciones de ferrocarril Mitre y Belgrano, con sus trenes repletos de desocupados tucumanos que partieron hacia Rosario (Santa Fe) y a Retiro (Buenos Aires) para iniciar una nueva vida plagada de necesidades. Luego aparece el FMI (Fondo Monetario Internacional), que con la presencia de gestores al servicio de los EEUU (militares y civiles), con ideologías de derecha endeudaban al país con el pretexto de hacer inversiones que le sirvieran; cosa que nunca se lograba porque el objetivo principal del Fondo con sus recetas eran apoderarse de las riquezas naturales del país y beneficiar a los imperialistas y a sus naciones amigas. En ese tiempo 1973/1983 las juventudes políticas luchábamos contra el FMI (liberación o dependencia al FMI era la consigna de época). La producción primaria, o sea la venta de carne vacuna y los vegetales sin ningún tipo de valor agregado, exportaciones que solo le servían a una minoría agrícola, ganadera y a los patrones de estancias que explotaban al trabajador criollo sin ningún tipo de derechos laborales, y una paga infame. Endeudar para condicionar y someter a la Nación a la dependencia económica para que nunca podamos despegar a ser la nación libre, soberana e independiente que forjaron los valientes de 1810/1816. Con estos delincuentes económicos y sus serviles, en la actualidad Macri, Milei, Caputo, el ciclo endeudador vuelve a empezar hasta que quedemos sin riquezas, como dejaron a África, para luego soltarles las manos y producir las migraciones de esas víctimas del accionar de estos países depredadores, con gente muriendo en el Mediterráneo para intentar entrar a Europa. Triste destino para este país que amo y defiendo como millones de argentinos, para evitar el accionar de estos endeudadores modernos.
Luis Marcaida
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