Polémicas*

Por María Kodama

“Esas mismas personas que se indignan por las reimpresiones de algunos textos, ¿por qué no reaccionaron frente a ese poema, “Instantes”, falsamente atribuido a Borges? Ocho años de mi vida me tomó el trabajo hasta encontrar a la verdadera autora, cuyo nombre es Nadine Staïr, y que fue publicada por Bantan Press en los EE.UU. ¿Qué pensás que sentí al llegar a la Feria del Libro de Buenos Aires y encontrarlo colgado en un poster a la entrada y con el nombre de Borges? Recuerdo que estaba con Hermes Villordo y le pedí que me ayudara a arrancarlo, hice un rollo y me dirigí al escritorio de la directora de la Feria que no supo qué decirme. Luego, a pedido de los estudiantes de distintas universidades del país y del extranjero, publiqué lo que Borges había escrito como periodista en diarios y revistas desde los años 20. Como ves, las voces escandalizadas se alzan contra mí cuando hago lo que debo hacer. Guardan, en cambio, silencio, cuando se tiende a destruir esas obras, ya sea con ese poema que trata de mostrarlo arrepentido de lo que fue; cuando, si habría reencarnación, él querría volver a ser escritor. Nunca se arrepintió de su trabajo, de sus principios. Ese poema contiene un mensaje perverso para la juventud al tratar de mostrar el arrepentimiento de una magnífica vida para abrazar la tontera, lo banal”.

*2 de abril (entrevista de Alina Diaconú).

César Mermet, el poeta pleno que nunca publicó*

Por Fernando Sánchez Sorondo

La originalidad de Mermet tenía su correlato en sus poemas, poemas acaso inigualables en nuestra lírica, no sólo por su belleza sino también por la osadía maravillosa de su inspiración. Uno de ellos trascendió entonces y ahora por la libertad absoluta con que en él mezclaba lo prosaico con lo poético, entendido como una expresión natural y corriente, sin pretensiones iconoclastas.

Su título: “Shopping Center”. Vale la pena transcribirlo al menos parcialmente: “Gastar es delicia miserable, dolorosa y malignamente irreal /como un flotante orgasmo en el ajeno sueño. / En estas submarinas galerías del mito del fasto, / en estas exposiciones de modelos mentales, / alusivos brillos y señales preciosas / yo podría comprar cualquier cosa hasta cualquier hora / mientras la luz permaneciera inmóvilmente fría / y el aire sin olor ni memoria / ni olor a muerte ni a vida / y la música durara, funcionara, / suscitándome cielos viscerales, fosforescencia nerviosa / pululación parásita en el vacío del espíritu”.

*18 de junio.

Fantasmas*

Por Hugo Foguet

Se abre la puerta del camarote y aparece Schweider. La gorra, la camisa y el pantalón, chorrean agua.

La aparición resulta por demás natural y ninguno se siente perturbado.

Le digo, mirando la botella de cognac: … ¿una copa?

Entonces, Parma disgustado le dice: Hiciste mal en venir porque estás muerto.

Schweider continúa parado junto a la puerta. Se ha quitado la gorra. Tiene el linoleum. Todos estamos muertos - dice- el buque se hundió.

Vagamente recordamos el temporal. Pero ninguno de nosotros quiere creerle. Entonces Schweider hace un gesto con los hombros. Dice: Prueben pensarse muertos.

Los cuatro adoptamos una actitud concentrada. Pasan unos minutos y declaramos: No podemos…

Y aceptamos, con Schweider, que estamos muertos.

*3 de diciembre (publicado originalmente en 1985).

Orígenes de la grieta*

Por Hugo Alconada Mon

“La ciudad de la ranas también fue un ejercicio de descubrimiento y aprendizaje sobre algunas de las dinámicas recurrentes de nuestro país: la confusión entre lo público y lo privado; entre el erario público y los bolsillos propios; la dinámica de la agresividad, de la intolerancia; la sangre que ha corrido en la Argentina, primero entre criollos y españoles, después entre unitarios y federales, entre autonomistas porteños y nacionales, entre oligárquicos y radicales, entre peronistas y antiperonistas, luego fue los 70 entre peronistas de izquierda y de derecha y al final la dictadura. Hay algo vinculado a la violencia política y a la sangre que es inmanente a nosotros”.

4 de junio (entrevista de Jorge Daniel Brahim).

Literatura e inflación*

Por Juan Ángel Cabaleiro

El escritor argentino, sometido al fantasma de la inflación, tendrá que desarrollar esa habilidad novedosa. Calcular el bolso o portafolios en que el maleante ―¬legislador o funcionario¬― transporta el fruto de su peculado dependerá, no solo del monto, sino de la máxima denominación de los billetes. No se puede entregar un millón de pesos en un sobre, porque no entran. No se puede sobornar en la Argentina y ser discreto. Todos estos asuntos que hacen a la verosimilitud de la escena añaden complicación a la vida de nuestros narradores. Aquel drama tremebundo de la señorita que necesitaba doscientos pesos para salvar el honor de su familia hoy nos resulta incomprensible. ¿Por qué no los paga? ¿no va a tener doscientos pesos, acaso?, es lo primero que se nos ocurre. Después, sí, nos ponemos en situación y comprendemos que en aquellos años esa plata era mucha. Pero nunca podremos saber exactamente cuánto, y nunca podremos evitar esa maldita intromisión del cálculo.

*23 de enero.

Respeto por el lector*

Por Fabián Casas

“Trato de tener mucho respeto por el lector, entonces no le quiero dar la comida en la boca o explicarle todo. Me gusta que el lector también tenga la misma incertidumbre que tengo yo mientras estoy escribiendo. Yo me divertí mucho escribiéndola. Fue un poco como un diario a lo largo de los ochos años de cosas que me iban pasando, porque al no tener una imaginación fértil -casi no tengo imaginación-, yo lo que iba construyendo eran cosas que me iban pasando en el día o lecturas de libros que me prestaban, situaciones con amigas o amigos las iba poniendo después en la novela. Y también me di cuenta de que leer libros sobre la frontera y los indios trabajaban en contra de la capacidad de que la novela pudiera tener potencia para mí, porque me remitía a un lugar de un realismo seco, ingenuo”.

*26 de noviembre (entrevista de Flavio Mogetta).

Santiago Kovadloff, la belleza gozosa del desasosiego*

Por Jorge Daniel Brahim

Ante el estupor que la realidad real lo somete, exhibe su gratitud por formar parte de la existencia. Si la vida, como acertijo, se resuelve con la oprobiosa negación de dejar de ser, Kovadloff responde con la afirmación jubilosa de seguir siendo todavía. Para él, lo imperfecto del modo gerundial importa más que el futuro perfecto de la muerte. Por eso, lejos de ser un tormento, el paso de los años lo convoca al gozo plácido de lo que el presente le ofrece como intensidad. Su pasión no es otra que entender que su proceder cotidiano exige de esa intensidad en los sentimientos y en los actos su concreción manifiesta para que su vida se inscriba en el marco del sentido pleno. A lo perturbador del desasosiego le opone la virtud estoica de la ataraxia que, sin llegar a ser frustración resignada, es acatamiento sabio a lo que la vida le ofrece como insalvable.

*3 de diciembre.

Cioran y Borges*

Por Alina Diaconú

Borges siempre se definió como un agnóstico y Cioran fue -a mi entender y según varios ensayistas- un místico, un espíritu religioso sin religión.

Llama la atención, sin embargo, al leer a Borges, las innumerables menciones a Dios que aparecen. En Cioran, su desesperación por no creer en Dios, es absolutamente explícita. Con lo cual es fácil deducir que Cioran se lamenta por lo que, en el fondo, desearía: la existencia de un Dios.

Personalmente, me parece que lo más importante que unió a ambos fue su interés por el Budismo.

En mi primera charla con Cioran, me dijo: “Yo no soy nada, pero si fuera algo sería budista. Lo que más me influyó en mi vida fue el budismo. No lo soy porque no soy nada, pero el budismo me marcó por esto: primero, por la vida de Buda, porque yo también durante toda mi existencia he sido marcado por las experiencias de ver un viejo, un enfermo, un muerto.

*29 de octubre.

Figurativo-no figurativo*

Luis Felipe Noé

“Empecé siendo figurativo-no figurativo, las dos cosas, porque en la época que empecé a pintar todo era en función de la figuración. Picasso decía que toda abstracción nace de la figuración. Después vino la abstracción. Y hubo aquí, en la Argentina, el período del arte concreto. Ellos decían: no somos abstractos. Somos concretos. Y a mí se me armaba un barullo en la cabeza. ¿Cómo concretos? Si no son figurativos. Y ellos decían: no, un cuadro es una cosa tan concreta como una hoja de árbol. Es lo que es. Por eso se llamó arte concreto. El cuadro no era abstracto, tenía formas abstractas pero era un objeto concreto. Todas esas cosas me costaba entenderlas en el momento pero me interesaba ya el concepto de abstracción, que fuera algo discutible, en diálogo con la figuración”.

*4 de junio (entrevista de Asher Benatar).

El primer café de Tucumán*

Por Abel Novillo

Hacia enero del año 1817, encontramos el primer antecedente sobre la existencia de una cafetería pública en nuestra ciudad la que, seguramente, respondía a necesidades de los parroquianos de esos tiempos.

Su propietario, y el precursor de esa actividad gastronómica en nuestro medio, era el señor José Regis, vecino conocido y caracterizado de la ciudad.

Sobre esta inédita actividad, se encontró este escueto antecedente:

“Por indicación del Gobernador se toman medidas para tener corriente el pago del encargado de la Policía o limpieza pública, a fin de que ésta se desempeñe mejor. Se establece un impuesto sobre un café público”.

*12 de noviembre.