Leo Garzón decidió despedir 2023 rodeados de afectos, en un balance que reúne la satisfacción del crecimiento con proyección desde la Capital Federal (con tercer disco incluido, “Sangre adentro”) y la preocupación por el futuro por los cambios anunciados en el área cultural por el Gobierno nacional.

“Reencuentro” es la propuesta que encabezará esta noche, desde las 22 en El Alto de la Lechuza (Marco Avellaneda y 24 de Septiembre), acompañado por José Luis Arcuri y Darío Venditti y con Carolina Villafañe y Facundo Cabrera como invitados.

“Cada regreso contiene notas de nostalgia y de alegría. Volver implica asumir parte de un nuevo paisaje y nuevas situaciones de las personas que uno quiere y con las que compartió la vida alguna vez, porque cada uno se encuentra en otras circunstancias. Siempre hay algo de aquello vivido y de la forma de vivir y de relacionarse que nos une, aún a la distancia y al paso del tiempo. Vuelvo también a alimentarme de música, historias, paisajes y afectos”, resume.

- ¿Cómo evalúas este año?

- Desde lo personal y lo artístico fue muy movilizante. Haber presentado mi disco en Buenos Aires y en Tucumán (en vivo en peñas y teatros, y en televisión y radios) fue la concreción de grandes logros. También lo fue ser merecedor del apoyo del Instituto Nacional de la Música para la grabación de un próximo álbum y acompañar a Ángela Irene fue otra veta hermosa. En lo personal fue un año de mucha búsqueda y de algunos cambios, con circunstancias que ahora traen más dudas que certezas, pero que siempre terminan conectándome con la música.

- ¿Tu proyecto está cada vez más consolidado?

- Si, de alguna manera; la experiencia de unos 25 años en la música me han ido curtiendo en varios aspectos y me permite acortar caminos para llegar de mejor manera a la gente. Hay una dinámica bastante lograda en el armado del material de aprendizaje y la dinámica de los ensayos, que es una forma muy profesional de trabajar en un excelente nivel. Desde el contenido, resalto la identidad propia en el vocabulario, en la manera de usarlo, la forma de cantar y de tocar, en la elección de un repertorio propio, la posibilidad de ir dejando mis canciones como parte del cancionero popular argentino, y cierta capacidad adquirida a la fuerza para solucionar problemas. Siempre estoy explorando, escribiendo nuevas canciones, proyectando, e intentando mejorar, y sobre todo andar, dar y recibir.

- ¿Qué estás buscando como sonido actualmente?

- Lo que estamos grabando va a ser mucho más ecléctico que lo que viene sonando. Quizás no tanto en tanto en la variedad rítmica del repertorio, pero sí en la identidad del sonido de los participantes, con muchas invitaciones en lo vocal y en lo instrumental, como un reflejo de la necesidad social que atravesamos y de una militancia personal.

- ¿Qué pasa en el folclore hoy?

- Intento ser abierto e interesarme por todo. Cada artista o grupo tiene una búsqueda, algo que ofrecer y a la vez provoca algo en quienes lo reciben. Quizás no me gusta tanto un cantante o una banda, pero igual escucho, busco el disfrute y descifrar qué lo conecta con el público. Hay otros artistas con los que me conecto por razones más viscerales. Todo está bastante influenciado por la época y los estados de ánimo. Hay que avisarles de lo mucho nuevo que existe a los organizadores de festivales y a los folcloristas que venden muchos discos y no tienen reparos en denigrar el trabajo de otros. La música popular argentina está viva, es exquisita, valiosa y capaz de conectar lo tradicional con lo actual.

- ¿Hay espacio para la música tucumana en Buenos Aires?

- No hay un espacio particular para la música tucumana, donde sea protagonista, excepto en eventos particulares. Los espacios los generamos entre nosotros cuando nos colaboramos o acompañamos, con gestión propia.

- ¿Qué es “Sangre adentro”?

- Es un disco de canciones propias con una gran variedad de ritmos: vidalas, zambas, gato, tinku, chacareras y cumbia. Es muy reflexivo a nivel personal y social, muy emotivo. Esto muy orgulloso de este trabajo. Las canciones tienen una recepción hermosa de la gente.

- ¿Hacia dónde evoluciona tu faceta de compositor?

- Me resulta bastante difícil saberlo exactamente, solo diría que hacia la reconfirmación de lo que quiero ser. Me siento muy sensible a lo que voy conociendo y viviendo, y esas experiencias son las que más alimentan mi composición. Tengo algunos proyectos ligados a las danzas y me gustaría sentarme a trabajarlos, pero las necesidades más urgentes me lo impiden.

- ¿Te preocupa lo que vendrá como artista independiente?

- Totalmente. Hay instituciones y proyectos que se vienen llevando a cabo con mucho éxito, que corren peligro. Hay lugares en los que funcionan talleres, encuentros, milongas y peñas donde muchos artistas independientes de todo el país encuentran un espacio de expresión y trabajo que desaparecerán. Las políticas de Estado son instrumentos necesarios para cuidar uno de los mayores patrimonios, como es la cultura. Algunos inflan el pecho cuando alguien les hace referencia a artistas o deportistas argentinos en el extranjero, pero desprecian las mismas expresiones en su propio país. Las expresiones artísticas son presentes o futuras fuentes de trabajo, sirven en lo social, lo psicológico y lo personal y para la contención de personas en situación de riesgo o en lucha contra las adicciones.