La búsqueda constante de métodos efectivos para mantenernos en forma nos lleva a descubrir joyas en el mundo del fitness, y una de ellas es el swing con kettlebell o pesas rusas.

Este ejercicio, que viene ganando protagonismo en los últimos años, no solo fortalece la zona abdominal y los bíceps, sino que tonifica glúteos, trabaja los brazos y afina la cintura, todo en un solo movimiento. Acompáñanos en este recorrido por los beneficios y la técnica esencial de esta rutina versátil.

Qué es la kettlebell

La kettlebell, o pesas rusas, con su diseño único que incorpora un asa en la parte superior, es una herramienta esencial en los gimnasios modernos. 

Este tipo de pesa ofrece la posibilidad de realizar una amplia variedad de ejercicios de fuerza, pero es el swing con kettlebell el que acaparó la atención debido a su capacidad para ejercitar todo el cuerpo en un solo movimiento fluido.

Para aprovechar al máximo los beneficios del swing con kettlebell, es esencial realizarlo correctamente. 

Swing con kettlebell: cómo realizar correctamente el ejercicio

Postura correcta: 

A diferencia de una sentadilla, el swing es más similar a un peso muerto. Inclina ligeramente tu cuerpo hacia adelante, evitando bajar de manera recta.

Evitar sentadillas erróneas: 

Uno de los errores más comunes es realizar una sentadilla cuando la kettlebell baja, perdiendo así capacidad de empuje.

Conexión con el core: Evita estirar los brazos cuando la kettlebell sube, ya que esto puede desconectar el core y afectar el trabajo en la zona abdominal.

Respiración consciente: Inicia con series pequeñas de 2 a 5 repeticiones. En el punto más alto de la ejecución, verbaliza el número de repeticiones y toma aire al volver a la posición inicial, siguiendo el consejo de Pavel Tsatsoulin, destacado entrenador de pesas rusas.

La técnica del swing en cuatro fases

Fase 1: desde la posición inicial, extiende explosivamente caderas y rodillas, logrando que la kettlebell gane velocidad.

Fase 2: los brazos se separan de las costillas, y la pesa pierde velocidad al llegar al pecho, actuando los brazos como correas.

Fase 3: la fuerza de gravedad atrae la pesa hacia abajo, y el cuerpo permanece extendido hasta que los brazos vuelven a las costillas.

Fase 4: flexiona levemente las rodillas y las caderas para esconder la pesa entre las piernas y regresar a la posición inicial.