Una noticia decisiva para la vida de una niña de seis años fue comunicada de una forma muy particular por un juez de la ciudad cordobesa de Huinca Renancó. El funcionario judicial, Claudio Mazuqui, se disfrazó de cartero para notificarle a una nena de 6 años que había salido la sentencia de su adopción. Llegó a su casa a bordo de una bicicleta decorada con globos.

En el video que ilustra esta nota se ve el momento en que el juez vestido como cartero llega hacia donde está la niña, identificada como D., y su nueva familia para recibir la noticia.

En este caso, se enteraron por una carta del final del trámite tan esperado y el juez cartero, además, le llevó “la impresión de su nueva identidad, con su nombre y sus nuevos apellidos”, según detalló Infobae.

Para Mazuqui la metodología es clave: “Son actos necesarios para humanizar la justicia, empatizando, innovando y explorando nuevas formas de comunicación, como lo ha señalado oportunamente Leonardo Altamirano, doctor en Semiótica y Licenciado en Comunicación Social”.

Y agregó que “es necesario crear un entorno favorable para comunicar un hecho que resultará trascendental en la vida de D.”. Por eso, explicó el magistrado que, con esta acción, se “busca que el contenido de dicho acto formal se trasforme ‘en la muy buena noticia’”.

Decoró su despacho con los colores de Boca para comunicarle su adopción a un niño

La metodología no es nueva para Mazuqui: el magistrado, que es hincha de River, en una oportunidad redecoró su despacho con los colores de Boca para comunicarle su adopción a un niño de 11 años.

En ese entonces, dijo: “Este juez entiende, como simpatizante del club atlético River Plate, que en la vida de una persona es muy importante lo que significa ser ‘hincha’ de un equipo de fútbol”. Para citar lo que le decía Guillermo Francella a Ricardo Darín en ‘El Secreto de sus ojos’, de Juan José Campanella: “‘¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín, no puede cambiar de pasión…’.