En los primeros días posteriores a las medidas económicas del presidente Javier Milei, las variables claves del mercado respondieron favorablemente: el Banco Central volvió a comprar dólares y la brecha cambiaria se derrumbó violentamente. Sin embargo, la liberación del precio de los combustibles por un lado y el importante incremento del tipo de cambio oficial sobre todo para productos importados, aceleró muy fuertemente la inflación del mes llevando las variaciones anuales (punta apunta) a niveles estimados superiores al 200% anual.

La estrategia elegida resultó totalmente opuesta a la que aplicó Mauricio Macri al asumir la Presidencia en 2015: rápido ajuste fiscal y de precios relativos con lenta salida de los controles de cambios. Si bien gran parte de las medidas resultan indispensables para corregir los desequilibrios económicos, no aseguran que luego del ajuste, la economía se dinamice y pueda retornar el crecimiento sostenido, plantea el economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), Gustavo Reyes. La estrategia del libertario y de su equipo ministerial está de alguna manera forzada por la actual debilidad económica (riesgo de hiperinflación del escenario pasivo, reservas negativas en el BCRA, etc.), y conlleva riesgos y beneficios, advierte.

Entre los principales riesgos, se destaca el social (profundización del panorama recesivo), el financiero (reducción en las tasas de interés en un contexto de aceleración de la inflación y con una menor calidad de los activos de los bancos) y el político (que no se convaliden en el Congreso las iniciativas del programa económico). No obstante, en este escenario “optimista” para 2024, los niveles interanuales de inflación hacia mitad de año podrían alcanzar tasas que superarían a los países del mundo que mostraron la inflación más elevada durante 2023 (Venezuela, Zimbabue).

En caso de pasar exitosamente estos riesgos, entre el segundo y tercer trimestre de 2024, el fogonazo de la inflación de los primeros meses debería ir reduciéndose al igual que la recesión dejando a la economía de nuestro país con muy buenas condiciones macroeconómicas para 2025, considera el economista.

Diariamente se conocen algunas de las resoluciones presidenciales para continuar con el objetivo final de la gestión: bajar el déficit fiscal para enderezar la economía, sin apelar a la emisión monetaria. En ese marco, Milei dispondrá que todas las contrataciones de empleados públicos de este año no serán renovadas. La norma comprenderá las contrataciones efectuadas en el marco del artículo 9° de la Ley N° 25.164, del Decreto N° 1109 del 28 de diciembre de 2017, y de toda otra modalidad de contratación que concluya al 31 de diciembre de 2023, revela el sitio iProfesional.com. En tanto, exceptúa a las contrataciones al personal que haya estado prestando tareas con fecha previa al 1° de enero de este año y haya cambiado su modalidad de contratación. También al personal que el titular de cada jurisdicción evalúe que resulte indispensable para el funcionamiento de la jurisdicción, de manera restrictiva y fundada con que su continuidad es necesaria por razones impostergables de funcionamiento.

Tras varias idas y vueltas, el Gobierno confirmó que finalmente el proyecto de ley de reformas que enviará al Congreso en los próximos días será uno solo, es decir en formato “ómnibus, confirmó una alta fuente de Presidencia a periodistas acreditados en Casa Rosada.

“Enviarlo separado empioja todo el proceso”, consideró un influyente funcionario. Este proyecto, que se complementa con el DNU que el mandatario firmó días atrás, incluirá reformas que no pueden eludir el Congreso, entre ellas cuestiones tributarias y del sistema electoral, como introducir la boleta única de papel en las votaciones nacionales y la eliminación de las PASO.

No se descarta que en el temario de las sesiones extraordinarias, convocadas desde el 26 de este mes al 31 de enero, se incluya el proyecto para revertir la modificación de Ganancias para compensar la pérdida de recaudación de las provincias, pese a que un grupo de gobernadores peronistas no quieren que se haga por esa vía sino por la coparticipación del Impuesto al Cheque, algo que el propio Milei rechazó de plano porque desfinancia a la Nación.