FRANJA DE GAZA.- En los más de dos meses de bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, la situación en el superpoblado enclave palestino se ha deteriorado gravemente.

Los ataques aéreos y terrestres -llevados a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en represalia por los ataques terroristas perpetrados por la organización radical islamita Hamas el 7 de octubre pasado- han devastado la mayor parte de la infraestructura del territorio y provocaron más hambre y una falta de vivienda generalizada.

Al menos 20.000 personas han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva militar de Israel. Esas son cifras del Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, liderado por Hamas, organización considerada terrorista por Alemania, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países.

Más de dos tercios de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados en las últimas ocho semanas, y Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales reportan que hay obstáculos sustanciales para entregar agua, alimentos y medicinas a quienes desesperadamente la necesitan.

La ONU y la  OMS volvieron a advertir sobre la gravedad de la situación humanitaria en la zona, a la espera de que una votación del Consejo de Seguridad prevista para ayer llevara algo de alivio al atribulado enclave palestino.

Pero las perspectivas de un acuerdo de cese el fuego que permita -además de la entrada de ayuda humanitaria a Gaza- un intercambio de 40 cautivos de Hamas, a cambio de prisioneros palestinos en cárceles israelíes, seguían siendo inciertas.

Hamas insiste en que sólo se sentará a negociar si se garantiza el fin total de la ofensiva de Israel en Gaza. Israel dice que la guerra terminará solamente cuando Hamas haya sido completamente derrotado y expulsado de Gaza.

El líder de Hamas, Ismail Haniyeh, visitó Egipto el miércoles por primera vez en más de un mes para mantener conversaciones con funcionarios egipcios que buscan mediar en otra tregua.

Mientras se desarrollaban estas reuniones, Israel arreciaba sus ataques en busca de Yahya Sinwar, a quien se atribuye el diseño del atentado del 7 de octubre, que causó la muerte de unas 1.200 personas y derivó en el secuestro de otras 240.

Muchos de sus hombres de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamas, han caído, pero Sinwar ha logrado escapar del cerco en al menos dos ocasiones durante las últimas semanas.

La inteligencia israelí cree que se encuentra escondido en los túneles de Khan Yunis, la segunda ciudad más importante de Gaza y la que con más rigor ha sido castigada en el sur de la Franja.

El Ejército y la inteligencia israelíes han apelado al testimonio de rehenes liberados durante la única tregua en el conflicto para  trazar un perfil del hombre por cuya cabeza se han ofrecido 400.000 dólares.

Cerco y francotiradores

Residentes de la Franja de Gaza dicen que la ronda de ataques desplegados ayer por Israel es la más intensa desde que comenzaron las hostilidades, con bombardeos aéreos y ráfagas de disparos en el norte. En Jabalia se ha sumado la presencia de francotiradores israelíes que disparan contra cualquiera que intente escapar del cerco.

El grupo militante respondió con una andanada de cohetes que disparan las alarmas antiaéreas en Tel Aviv, según información de la cadena alemana “Deutsche Welle”.  

En el sur, a donde se han desplazado miles de personas desde que Israel ordenó la evacuación, el fuego israelí alcanzó al jefe del punto de control habilitado para recibir ayuda humanitaria, según versiones palestinas.

La ofensiva israelí ha ido más allá, y la aviación y la artillería  dispararon ayer contra posiciones de Hezbollah en Líbano, en respuesta al lanzamiento de proyectiles desde territorio libanés.