Hace más de un mes varias ciudades de Islandia están sometidas a adversos fenómenos naturales. Cientos de sismos diarios vienen anticipando la erupción de un volcán desde finales de noviembre. Ahora, en la ciudad pesquera de Grindavik, una enorme grieta producto de la erupción, despide magma y amenaza la salud y la integridad de sus ciudadanos.
El lunes por la noche, un volcán entró en erupción a 3 km al norte de Grindavik, ubicada a 60 kilómetros de la capital islandesa. “La actividad sísmica junto con las mediciones de los dispositivos GPS indican que el magma se está moviendo hacia el suroeste y la erupción puede continuar en dirección a Grindavik”, explicó la Oficina Meteorológica Islandesa (OMI).
La grieta que separa una ciudad de Islandia
La fisura que se abrió en el suelo de Grindavik mide al menos 3.5 kilómetros y ha dañado carreteras. Además, se teme que, de continuar su curso, alcance zonas urbanas o una central eléctrica cercana ya que libera entre 100 y 200 metros cúbicos de lava por segundo y enormes columnas de humo.
Solamente el mes pasado se evacuaron cerca de 4000 personas y hasta ahora ninguna resultó herida. También se esperan ráfagas de viento que arrastren las toxinas liberadas por la erupción por lo que el Ministerio de Medio Ambiente solicitó a la población permanecer dentro de sus hogares.
Islandia es considerado uno de los países sísmicos que cuentan con una mayor actividad volcánica. Su ubicación entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, que se mueven en direcciones opuestas, es la causante de los constantes movimientos telúricos y de las erupciones volcánicas.