Una dinámica compleja y con muchas dudas. El analista Roberto Bacman consideró que los primeros días de Javier Milei en la Presidencia demostraron que el riesgo de un cambio tan abrupto no fue evaluado “adecuadamente”.
“Otro tema que se ve con mucha claridad es la falta de equipos”, sostuvo el consultor político en diálogo con LA GACETA. “Es el riesgo de un cambio tan abrupto, que esto me parece que es lo que no evaluaron adecuadamente”, añadió. Bacman afirmó que en este comienzo Milei no es lo que propuso durante la campaña electoral. “La lucha contra la casta se terminó cuando necesitó a una parte de la casta. Este es el primer dato importante que marca este cambio de época, que este Milei no es el Milei que proponía todo lo que proponía. Pero, cuidado, pero sí es el Milei que viene con un modelo que no va a llegar probablemente ni cerca de la dolarización, pero que sí puede hacer un cambio muy importante en la Argentina con respecto a la forma de gobernar, con respecto al tamaño del Estado, con respecto a muchas cuestiones que hoy le están costando muchísimo, por falta de equipo, por desconocimiento en algunos casos, y por un poco también de improvisación política”, remarcó.
Según el titular del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), estos contratiempos en el arranque generaron incertidumbre en un sector del poder y del denominado “círculo rojo”. “No tanto en la gente, quienes lo votaron siguen confiando en él. Por supuesto que esa confianza es más fuerte en el núcleo duro, el 30%, que son los que lo votaron en las generales, en la primera vuelta electoral, y es un poco más relativo en aquellos que lo votaron en el balotaje, que llegaron al 25%”, analizó. “Supongamos que ese núcleo duro sea el que más paciencia tenga. Pero la paciencia, como le pasó a Alberto Fernández, va a empezar a agotarse. Este es el tema, si no se logran medidas que son de alguna manera efectivas… el ajuste va a ser de seis meses a dos años”, alertó.
Bacman remarcó que una mayoría en la Argentina apoyó una opción que viene a sentar un modelo neoliberal. “Un modelo individualista, donde la motosierra que él planteaba va a ser mucho más chica, no ese enorme aparato de motosierras que decía. Porque no es tan fácil hacerlo en tan poco tiempo y no es tan fácil reducir cinco puntos del PBI”, precisó.
El especialista consideró que el debate que se avecina es cultural, vinculado a la concepción del Estado. Y que eso quedó de manifiesto con la asunción de Axel Kicillof en Buenos Aires, como contracara del “modelo Milei”. “El Presidente propone un Estado menos presente, chico”, dijo. Y se refirió al gobernador bonaerense. “Con Kicillof se abrió se abrió otro tema muy importante, que es la renovación del peronismo. Después de la ruptura violenta de las dos coaliciones, una de gobierno y otra opositora, que eran las que habían estructurado el sistema de partidos políticos. Una era peronista, la otra es más de orden liberal. La derrota electoral de ambos hace replantear todo lo pasado, todo lo que se hizo”, amplió.
¿Qué rol cumplirán Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner? “Hay versiones de que Cristina se tomaría un descanso en El Calafate y otras versiones dicen que Cristina quiere seguir haciendo política. Eso todavía no está muy claro. Macri ha sufrido muchos golpes, pero logró su objetivo. El primero era que Horacio Rodríguez Larreta perdiera la PASO; y el segundo era que si Patricia Bullrich no ganaba la general, se pudiera sentar rápido a negociar con Milei. Esa negociación no se hizo en una sola noche, son conversaciones que ya se estaban dando”, completó.
A modo de cierre, insistió con el cambio de época y de los reacomodamientos de Milei: “Lo que no se negocia es el ajuste, lo que no se negocia es el cambio de época, porque con respecto a la casta, ahí cambió totalmente. Ahora es el Estado, ya no habla más de que el ajuste lo va a pagar la casta, el ajuste lo va a pagar el Estado, va a generar una caza de brujas en el Estado, a revisar contrato por contrato. Van a ir contra las universidades nacionales, que tienen contratos con el Estado. Este Milei no es el que había empezado la campaña con el anarcocapitalismo. Es un Milei muy mezclado, donde la política se mezcla con la religión, con la idea de triunfo de la religión, la noche populista, el día liberal”.