“Como pastor de la Iglesia de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez lamenta profundamente que aún sucedan hechos de esta naturaleza y quiere hacer llegar su cercanía a la víctima y sus familiares, especialmente a sus padres”, se puede leer en el comunicado de prensa que ayer emitió el Arzobispado de Tucumán, luego de que LA GACETA informara ayer la condena que había recibido un catequista por abuso sexual.
Pablo David Ale (27 años) fue condenado a seis años y 10 meses de prisión a través de un juicio abreviado por haber atacado a un menor de edad en la Iglesia de la Santa Cruz, ubicada en avenida de Las Américas y Corrientes. Los abusos, según consta en el expediente, se habían registrado entre 2015 y 2018. El ahora penado, que estudiaría la carrera de Psicología y que ejerció como Acompañante Terapéutico, en esos años era el coordinador de la Infancia Misionera de esa parroquia.
El caso salió a la luz por pedido de los familiares. La madre, cuya identidad se mantiene en reserva para evitar que la víctima sea identificada, pidió que Ale finalmente sea enviado a la cárcel, ya que temía que se escapara. La jueza Alicia Freidenberg, que convalidó el acuerdo arribado por las partes, rechazó el pedido de la fiscala Estela Giffoniello y de los querellantes Patricio Char y Tomás Álvarez de que se le dictara la prisión preventiva. La magistrada argumentó que se debía esperar a que la sentencia quedara firme, sin importar que Ale haya asumido la responsabilidad penal. Ese paso procesal penal se cumplirá el jueves.
“Tenemos miedo de que se escape. Han pasado muchos días desde que se dictó la sentencia y él no tiene ningún tipo de control”, aseguró la madre de la víctima. El asesor legal del Arzobispado, Juan Andrés Robles había solicitado públicamente que se atendiera el reclamo de la mujer.
Más allá de las adhesiones, monseñor Sánchez decidió emitir un comunicado oficial sobre cuál es la postura de la Iglesia en el caso. “Se recibió la denuncia en noviembre de 2018. Inmediatamente se apartó al acusado de cualquier rol dentro de la Iglesia y se tomó contacto con la fiscala María del Carmen Reuter para ponerse a disposición de las autoridades y solicitarle que avanzara hasta las últimas consecuencias”, explicaron.
“Posteriormente, se formó una comisión integrada por profesionales de diversas disciplinas quienes elaboraron un protocolo de prevención de abusos y de protección de menores y adultos vulnerables, al tiempo que se activaron jornadas formativas y de prevención”, añadieron en el documento.
“Monseñor Sánchez exhorta, además, a todas las comunidades de nuestra Iglesia local que atienden a niños, jóvenes y adultos vulnerables, a continuar trabajando para que todos nuestros recintos sean ambientes seguros y confiables”, solicitaron en el documento.
El comunicado finaliza con el siguiente párrafo: “El arzobispo manifiesta el más absoluto repudio hacia cualquier situación de abuso, más aún cuando se trata de menores, como también hacia cualquier acción u omisión que procure encubrimiento, reza y pide oraciones rogando a Dios por el consuelo y la sanación de las víctimas”.