En un acto realizado en la Cámara Electoral Nacional (CEN) por los 40 años de la democracia, el ministro del Interior, Guillermo Francos, deslizó la necesidad de modificar el régimen electoral del país. Propuso ir hacia el sistema de boleta única y mencionó la posibilidad de pensar en la eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Este debate es una deuda pendiente de la dirigencia. Los comentarios del funcionario nacional tuvieron una repercusión limitada debido a que los planes económicos del Gobierno nacional, ajuste de por medio, concentran toda la atención.

Al margen de que el interés primordial del ciudadano pase por que se le asegure un mejor pasar y de que la crisis esté en el centro de la preocupación gubernamental; las referencias a mejorar la calidad institucional y los niveles de representación política merecen ser consideradas y llamar a la reflexión. Son aspectos que hacen a la organización de la vida en sociedad. La boleta única funciona en las provincias que la adoptaron como medio de votación pues simplifica la emisión del sufragio a los ciudadanos.

Sin embargo, pese a la necesidad de dar esta discusión, el foco de la atención debe ponerse en el régimen de partidos políticos que impera en el país y en algunos mecanismos electorales provinciales; tal el caso del esquema de acople de Tucumán, que provoca que en el cuarto oscuro haya hasta medio centenar de boletas. En el acto por las cuatro décadas de vida en democracia, Alberto Dalla Vía, miembro de la CEN, precisó que en la Argentina existen 755 partidos de distrito y 52 partidos nacionales, que son los que pueden llevar candidatos a presidente. Añadió que los gastos en las boletas han superado el límite de lo razonable. “Se gasta mucho más dinero que en otros rubros del proceso electoral”, mencionó. Francos hizo una acotación clave en esa reunión: “Debemos poner algunas exigencias en la ley para tener partidos políticos que sirvan al sistema y que no se conviertan en mercadería política”. Esto es fundamental, especialmente en la provincia a partir del régimen de colectoras consagrado en la Carta Magna en el artículo 43, inciso 12. Tucumán tiene 105 partidos políticos habilitados por la Junta Electoral Provincial, situación que lleva a que las coaliciones tengan más de 50 acoples y que -por o tanto- haya ese número de boletas en los cuartos oscuros. O sea una maraña de votos que complica la elección al votante.

La boleta única es una salida pero, además, hay que analizar eventuales modificaciones en la ley de partidos políticos para mejorar la calidad de la representación política de los elegidos por el pueblo, ya que cuanto más opciones electorales, menos es la cantidad de votos requeridos para obtener una banca, por ejemplo. Es lo que sucede a partir del acople, un sistema electoral que diluyó la importancia de las organizaciones partidarias.

Una alternativa para mejorar esa calidad, sin afectar el derecho de los ciudadanos a conformar una asociación política es modificar los requisitos para constituir un partido. Tener que obtener sólo 4.000 firmas para conseguir la habilitación legal es un punto a considerar, aunque elevar ese piso debería contar con el consenso de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Animarse a dar este debate será todo un desafío para la clase política.