“Carlos Montaña”, dirigido por Ita Romero, es un cortometraje que cuenta una historia que sucede en las yungas tucumanas. Ita es cordobesa, pero la historia está inspirada en los relatos de su padre, tucumano y obrero de un ingenio azucarero, perseguido durante los años de la última dictadura.
Fue realizado con animación sin cámara, que consiste en pintar directamente sobre fílmico de 35 milímetros. Para poder hacerlo reciclaron fílmico usado, principalmente de trailers de películas, que pidieron en viejos cines de la ciudad: sobre todo trabajaron utilizando viejas cintas de la película Rápido y Furioso.
En Tucumán participó en el Festival Internacional de Cine de Animación Plum!, en el que ganó el primer premio al Mejor Cortometraje de la Competencia Argentina.
“La técnica se llama animación sin cámara porque podés intervenir el fílmico y volver a colocarlo en el proyector sin necesidad de un sistema de registro”, cuenta Romero.
Como los recursos son difíciles de conseguir, combinaron esta técnica con animación 2D: “Una vez que animamos toda la línea en 2D, la imprimimos en hojas A4 y sobre eso fuimos calcando y entintado en el fílmico, teniendo como referencia la animación digital”.
El trabajo en esta técnica es muy artesanal y requiere de mucha paciencia y precisión para dibujar en espacios muy pequeños: cada fotograma mide 24 por 36 milímetros.
“Para blanquear el material, lo que hacíamos era colocarlo en agua con lavandina y en otros casos, a algunos fotogramas que nos parecían relevantes para el corto, los rayamos e intervenimos directamente sobre lo que estaba filmado”, describe.
Fotograma a fotograma, transformaron una de las películas más taquilleras del cine en un cortometraje de autor. Se pintaron a mano alrededor de 24.000 fotogramas usando acrílico, acuarela, tinta china y laca vitral: "El hecho de poder intervenir otra cosa ya filmada creo que es la manera en la que uno va construyendo los recuerdos. Cuando agarramos el frame de una película y la intervenimos, le generamos un nuevo sentido, y así es como construimos la memoria colectivamente sobre cierto hecho, si la miramos desde distintos lugares", subraya.
La realizadora audiovisual asegura que la animación permite llegar a ciertos lugares que son difíciles de acceder con ficción o documental de acción real. “Hay un valor que aporta la animación en la ampliación de las narraciones y tiene que ver con que su modo de representar no es naturalista ni mimético con la realidad y nos permite contar desde cierto lugar o punto de vista muy difícil de realizar de otra forma”, relata.
"Carlos Montaña" se realizó a lo largo de cinco años y participaron más de 25 profesionales en su producción. Recorrió diferentes festivales nacionales e internacionales. Para verlo online, habrá que esperar que termine su circuito por festivales, en cinco o seis meses.