La intendenta Rossana Chahla envió al Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán un proyecto de ordenanza para solicitar que se declare una emergencia sanitaria y ambiental en el municipio por un año, con la finalidad de dar soluciones urgentes a las necesidades locales.

El proyecto de ordenanza que propone la encargada del Ejecutivo municipal contempla que, entre otras cosas, se deben arbitrar los medios institucionales que tengan como fin la correcta gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en todo el municipio.

Además, solicita que se cree en el órgano legislativo municipal una comisión abocada al seguimiento de dicha emergencia; y que se autorice al Departamento Ejecutivo a reasignar partidas presupuestarias y excepcionalmente a efectuar contrataciones directas para brindar solución a las necesidades sanitarias y ambientales de la Capital.

En compañía de la solicitud que lleva la firma de Chahla, se compartió un informe sobre el “diagnóstico ambiental de San Miguel de Tucumán”, que tiene como apartados cambio climático, calidad urbana, gestión pública metropolitana, espacios verdes, calidad del aire, entre otros.

En el documento, se expone que en el municipio “no se contaba con ninguna línea de acción que permita trabajar en consonancia con la medición de gases de efecto invernadero; sea de adaptación o mitigación”.

Es por eso que sostiene que “la voluntad de la intendencia es considerar que toda política pública a realizarse en el municipio debe hacerse con perspectiva de cambio climático” y que es imperioso “pensar global y actuar local”.

Contaminación

El texto menciona la “calidad urbana” de la ciudad. “En la mancha urbana, al centro de este anilo y por fuera del mismo, alcanza niveles de calidad urbana alta, sin embargo, posee un sector al sureste con calidad baja y muy baja en relación con los márgenes del Río Salí, así también es de baja calidad al oeste del aglomerado sobre las márgenes del Río. En ambas zonas se observan desarrollo de barrios de promoción pública como también de consolidación de asentamientos informales”, se describe.

Según el estudio hecho por la Municipalidad, “en la emisión de dióxido de carbono por transporte, las vías colectoras poseen una fuerte presencia” de contaminación, junto a “una mancha central en concordancia con las vías que circulan el casco histórico”.

Además, se considera que la gestión municipal debe hacer énfasis en los problemas urbanos estructurales mencionados que deben ser atendidos “desde la administración de base territorial y desde una perspectiva intersectorial que involucre a las reparticiones provinciales”.

En cuanto al estado de los espacios verdes, se menciona el Vivero Municipal en el Parque Guillermina, que se encuentra “en estado de abandono de los edificios y de sus cercas perimetrales”. Y remarca: falta de financiamiento y desmejoramiento de infraestructura, cuidado y producción.

En cambio, la idea de Chahla es que el predio “sea cuna de 40.000 árboles para reforestar la ciudad con especies nativas” y ecocanjes de recepción de residuos. “Se busca reforestar todos los parques, plazas y veredas con especies nativas con el fin de mitigar las olas de calor, los gases de efecto invernadero, la calidad del aire y una mejora de calidad de vida para la población”, añade el documento.

Basurales

También se pretende la recuperación de los residuos secos, en cuanto a su tratamiento y disposición final, para generar impacto ambiental, social y económico, de la mano de la economía circular. Esto generaría que “una gran cantidad de familias puedan tener ingresos económicos por la reventa del material en dicha tarea”.

En línea con esta propuesta, el municipio relanzó el programa “Separá”, que tiene como objetivo prevenir y minimizar los posibles impactos negativos sobre el ambiente para posibilitar la sustentabilidad ecológica, económica y social del desarrollo a través de la clasificación, montaje, procesamiento y capacitación de la problemática.

La nota menciona, a su vez, a los 500 basurales a cielo abierto donde, asegura el escrito, “ya se trabaja en la limpieza para su erradicación definitiva”, que también contribuye a reducir la propagación del dengue.

Articulación institucional

Con respecto a la calidad del aire, se plantea trabajar articuladamente con centros de investigación como el Conicet para crear políticas públicas orientadas a mejorar la calidad de vida de los capitalinos. En ellas, la prioridad será aquellas zonas del municipio donde peor calidad de aire exista.

En tanto, a través de la ley 27.621 de Educación Ambiental Integral se buscará alcanzar que la ciudadanía “se informe, reflexione y se eduque en materia ambiental”, como así también su capacitación a los tres poderes del Estado.

Por último, el documento enumera, desde el año 1984, todas las ordenanzas y leyes vigentes relacionadas a lo ambiental que “se deben revisar y repensar”. “Se están revisando y ordenando para poder saber con qué cuenta el Poder Ejecutivo Municipal con el fin de mejorar la calidad ambiental de la ciudad”, dice.

En total son 65 las ordenanzas que, según el informe, no se cumplen en San Miguel de Tucumán con respecto a la problemática ambiental. Es por eso que Chahla considera prioritario la fiscalización.

“Si bien existe una Dirección Provincial, se considera que no ha podido dar solución al control dentro de la ciudad por la complejidad y extensión que abarca”, considera la nota. Por lo tanto, propone crear un área con inspectores ambientales que hagan cumplir la legislación vigente.

Para cerrar con la firma de la intendenta, el documento concluye: “Sin un ambiente sano y equilibrado, como vela la Constitución Nacional, las condiciones de vida nunca serán óptimas”.