Al terminar la épica Guerra de Troya, Ulises desea regresar a Ítaca, su patria. Para lograrlo, deberá superar peligrosas aventuras en altamar, de carácter fantástico: islas pobladas de seres extraños, monstruos marinos y hechiceras con poderes prodigiosos. La geografía que recorre el protagonista oscila entre el realismo y la más pura fantasía. Se convierte en el héroe errante que enfrenta adversidades y hasta a los propios dioses para reencontrarse con su familia.

Esa es la trama de “De dioses y adioses”, la versión teatral de la “Odisea” de Homero, que se verá hoy a las 21 en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251) a cargo del Grupo de Teatro de Niños y Jóvenes del Ente Cultural de Tucumán (dependiente de la Dirección de Teatro) y con la dirección de Lilian Mirkin.

El elenco está integrado por Catalina Sogno, Sophía Nanni, María de la Paz Costas, Vania Iskra, Josefina Masmud, Juan Aráoz, Lucía Masaguer, Ludmila Colavini, Ana Gómez, Jeremías Balmaceda, Martina Steimberg, Gastón Stazzonelli, Candela Diez, Aruma Sessa, Gianni Rossini, Federico Figueroa, Benjamín Cabral, Lila Girbau, Eliseo Balderrama, Bruno Cabral, Diego Niklison, Abril Lupi Serres, Briana Lucero, Corina Molina, Guadalupe Bonifacio, Martina Rodríguez, Trinidad Bravo, Camila Acevedo, Sofía Matas, Pía Apestey, Luana Acevedo, Juan Pérez Cruz, Solange Casares, Mateo Díaz Vence, Mati Daba Dieng, Florentina Guzmán, Lorenzo Zankiewicz y Lola Pecamiche.

“Este año abordamos un texto clásico que tiene potencia dramática porque su trama transmite varios y profundos mensajes: la fuerza del amor, la lealtad, la valentía, la astucia, la mentira, la venganza, etcétera. Contiene la fuerza intrínseca de explorar el comportamiento humano en todas sus dimensiones, y los mitos griegos son atractivos porque intervienen en un mismo mundo personajes tantos fantásticos como reales. Dioses, diosas y héroes pugnan tanto por la justicia como por la lucha y conquista de poderes”, describe la directora para LA GACETA.

- ¿Cómo es tu planteo?

- Usamos el recurso del “teatro dentro del teatro” y con proyecciones de sombras a cargo de los especialistas de Teatro al Manubrio. Se desarrolla con varios tonos actorales, con personajes compuestos desde el huor, el drama y la poesía. Hay relatores serios y otros cómicos que van contando y dando su opinión sobre lo que están viendo en la escena. El protagonista supera muchos conflictos internos y externos para llegar al fin a su patria, 20 años después de su partida, siendo un hombre nuevo con más sabiduría y templanza.

- ¿Fue compleja la elección del texto?

- Algunos chicos y chicas ya habían leído el texto en la escuela, y otrxs lo conocieron leyendo la sintética adaptación para teatro que hice. Siempre es una aflicción, todos los años, encontrar la obra adecuada para 40 actores de entre nueve y 18 años. Los textos llegan por suerte, por recomendaciones o porque se te cruzan en el camino de la búsqueda. La Odisea nos dio la posibilidad de jugar plásticamente con múltiples imágenes. Contamos con el magnífico soporte musical de nuestro compositor Fernando Flores Blasco, quien impregna con sus sensibles composiciones las tensiones y cadencias que narran y siguen el argumento de la obra.

- ¿Qué motiva tu búsqueda?

- Siempre digo que los textos son una excusa para poder trabajar la idea que una tiene del teatro. Lo que me apasiona año a año es descubrir con cada obra, una forma nueva de contar la historia con recursos actorales y visuales en el espacio escénico. Por suerte, gracias al trabajo mancomunado de todo el estamento al que pertenecemos, la obra se va develando ensayo a ensayo.

- ¿Qué balance hacés del año de trabajo junto al elenco?

- Todos los años ingresan nuevxs integrantes, y el desafío en el primer semestre es nivelar a cada grupo en cuestiones teatrales básicas para poder abordar una obra: desinhibición; concentración; proyección vocal; escucha grupal para la improvisación; expresividad gestual; ritmo escénico; equilibrio espacial; etcétera. Trabajamos también para que entiendan la importancia de la responsabilidad y disciplina que se requiere en cada espectáculo. Este año pudimos encarar una obra grande porque sentimos que el grupo estaba preparado para eso, con una entrega ferviente que alimentará el trabajo creativo hasta la última función.

- ¿Cómo ha crecido y evolucionado el grupo desde su creación?

- Con este espectáculo cumpliremos 16 obras estrenadas en 12 años (nació en 2011); nunca dejamos de producir y ya tenemos un público que asiste año a año con las expectativas de ver una obra de calidad, más allá de los familiares. No sería posible sin el marco y sostén del Ente Cultural, que valora esta propuesta artística y formativa brindando el funcionamiento de su gran estructura al servicio de cada puesta, con un equipo de trabajo consolidado con Flores Blasco y la asistente Soledad Abril. Hay una comunidad que entiende al arte como un espacio vital para el desarrollo de la sociedad y en este espacio podemos preguntarnos, expresarnos y pensarnos en la diversidad y libertad que brinda el arte teatral con su dinámica colectiva.

- ¿Hay continuidad para 2024?

- El año que viene nos compromete, primero, a abrir temporada teatral como lo hacemos siempre, sabiendo que la escuela del teatro es fundamentalmente el escenario y las funciones con el público presente. Luego seguiremos el trabajo con una nueva propuesta que nos invite a explorar otros caminos creativos. El texto aún no está definido.