En Tucumán carecemos de una infraestructura acorde con las necesidades de nuestros deportistas y con la historia misma de nuestro deporte. Aunque es cierto que existen algunos esfuerzos particulares por mantener y crecer en este aspecto, en general la falta de lugares adecuados es alarmante. En ese contexto, el estadio de hockey de Natación y Gimnasia, hoy un gigante dormido, asoma como un capítulo ineludible e incomprensible de una realidad que nos supera.

Por estos días, en Santiago del Estero se están dando el gusto de ver en el Estadio Polideportivo Provincial, por segundo año consecutivo, partidos de la Pro League. Es decir, la vecina provincia hizo lo que Tucumán no: conservar una competencia internacional en un lugar apto para la envergadura del evento.

Han pasado 10 años de la inauguración del estadio de hockey, que aunque se erigió envuelto en polémicas, fue elogiado por propios y extraños por su diseño, ubicación, utilidad y practicidad. En aquel momento, se pretendía que la provincia se convierta en una plaza fuerte en este deporte. Lo fue en los primeros tiempos. Con el paso de los años, la gema que brillaba se fue apagando, atacada por la inacción, la falta de inversión e iniciativa y los tironeos de dirigentes y funcionarios. Una decepción desde varios puntos de vista.

Hoy, el lugar exhibe numerosas falencias que lo dejaron fuera de consideración para torneos internacionales. Obró en contra que las ayudas económicas gubernamentales nunca se concretaron en los últimos años. Tampoco el estadio recibió un mantenimiento, más allá de la cancha. Hay un estado de abandono en las tribunas descuidadas, en los baños clausurados y en las cabinas de prensa inutilizadas.

La dirigencia de Natación sostuvo que ya fue presentado un proyecto al Estado provincial. Las autoridades visitaron el predio y se pusieron a disposición para colaborar en lo que haga falta. Lo que se requiere es dinero para poder afrontar los gastos para la homologación del estadio en tres aspectos fundamentales: la alfombra, la iluminación y el riego. Pero también hay que atender la infraestructura.

Es cierto que organizar espectáculos deportivos de envergadura contribuye a generar en una provincia una movida turística, a la par de una dinámica económica, social y cultural. Además, abre una vidriera hacia el mundo y genera oportunidades para varios sectores.

Urge que se encuentre una solución. Urge también un debate en el seno del hockey para determinar si las soluciones económicas deben provenir de las esferas oficiales o si toma otro protagonismo lo privado. En el primero de los casos el panorama no es sencillo, en un contexto económico pleno de incertidumbre y con un achicamiento del Estado en todos sus niveles.

Hay un plan, en realidad una apuesta para dejar el estadio en condiciones de ser sede de la Pro League 2024. La expectativa es grande. El hockey es en Tucumán uno de los deportes que mayor cantidad de practicantes tiene, tanto en damas como en caballeros. Así como ellos, el público también merece que se recupere un lugar que en su momento fue uno de los más importantes del país.