“Les pido que tengan en cuenta la violencia con la que actuó este muchacho, la forma en la que nos golpeó a mí y a mi hermana que tiene problemas de salud. La plata que me sacó era para pagar el colegio de mis hijos y ese dinero aún no apareció”, explicó durante una audiencia judicial Miguel González, el comerciante que fue asaltado el sábado a la mañana por una banda que atacó su fiambrería, en Juan B. Justo al 1.500. En esa audiencia se imputó Mario Dardo “Patita” Alarcón por ese hecho, por haber realizado disparos contra un policía durante una persecución y por haber pretendido asaltar -durante su intento de fuga- al chofer de una camioneta y a un cadete.
Según relató el auxiliar Francisco Galíndez, de la Fiscalía de Flagrancias III, a cargo de Carlos Saltor, el primer hecho ocurrió el sábado a las 10. El efectivo Christopher Martín patrullaba las inmediaciones de Villa 9 de Julio cuando un vecino le advirtió que estaban robando en un comercio de la avenida. Cuando Martín llegó, los ladrones emprendían la huida: dos ladrones se subieron a una moto y otros dos a un auto Fiat Uno, los vehículos tomaron distintos caminos y el efectivo decidió seguir en su motopatrulla al automóvil, que enfiló por calle Perú hasta Rivadavia. Desde el asiendo de acompañante, el acusado habría sacado medio cuerpo para disparar contra Martín. Luego los ladrones decidieron dejar el auto y dividirse.
Obligado a elegir, Martín decidió seguir a Alarcón, porque era a quien había visto con un arma y porque intentó asaltar a una furgoneta en la mencionada esquina. El conductor de la camioneta aceleró para evitar el robo, pero el acusado logró colgarse del furgón y aprovechó el aventón por Rivadavia hasta calle Chile. Allí se bajó y habría ocurrido el tercer hecho: con su arma, el acusado amenazó a un cadete para robarle la moto, cuando la víctima le daba las llaves, el agente Martín alcanzó al agresor y lo redujo de un cabezazo.
Alarcón no declaró sobre el hecho, pero pidió que le suministren “asistencia psicológica y neurológica”. El defensor Augusto Avellaneda complementó ese pedido explicando que el imputado habría sido agredido por efectivos tras la detención.
“Este señor todo el tiempo intentó quitarme la vida. Si su arma no se hubiese trabado a último momento quizás me habría matado. Es verdad que está golpeado, porque no pude defenderlo del grupo de vecinos que se agolpó para pegarle”, explicó Martín, haciendo referencia a que Alarcón habría disparado varias veces en un lugar concurrido. “Yo nunca disparé, no podía poner en riesgo la integridad de terceros”, complementó.
La jueza Fanny Siriani finalmente aceptó el pedido de la Fiscalía, y le dictó a Alarcón la prisión preventiva por tres meses para que continúen con las pericias y recolección de testimonios.