La situación de crisis del sistema cloacal de Alberdi parece ser la muestra de la falta de coordinación entre el crecimiento de la ciudad y la provisión de servicios correspondientes. Con cañerías saturadas, los comerciantes se ven obligados a cerrar sus negocios en determinados días en que los desbordes cloacales inundan las calles y en los barrios los vecinos están recurriendo a la excavación de pozos ciegos, como se usaba en los tiempos anteriores al sistema de red cloacal. Y por ahora no hay previsión de que vayan cambiar las cosas, porque no se sabe cómo se van a hacer obras nuevas y además, según se denuncia, la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) no dispone de la infraestructura adecuada para desobstruir cañerías y tampoco hace las tareas de mantenimiento necesarias.

El problema tiene larga data, pero se dio a conocer públicamente hace una semana, cuando el dueño de una confitería hizo saber que había debido cerrar el negocio porque no se podían usar los baños y porque la calle estaba inundada de desbordes cloacales. “A mi comedor vienen a almorzar trabajadores de algunas empresas que operan en este lugar. El baño es importante para ellos y resulta lamentable que no lo puedan utilizar. También está la cuestión sanitaria del ambiente y los riesgos que debo evitar al contaminarse con desechos. Por eso lo cerré”, explicó el comerciante, que pudo reabrir un día después. “Aunque me solucionaron rápido el problema, la cuestión es que esto se repite cada tanto porque se tiene que superar el problema de la cañería”, dijo.

Se explicó que sistema la red sanitaria colapsa ante el crecimiento de la población y del volumen de desechos que se lanza a cañerías antiguas y de poco diámetro. El municipio tiene un sistema de cuando la población no superaba las 15.000 personas y ahora alcanza las 34.000. El municipio y la SAT avanzan en obras de renovación del sistema que, se aseguró, se profundizarán en los próximos días. Pero sucede que hay obras relativamente nuevas, como la del barrio Escaba, donde hubo cambio de la vieja cañería pero hay inconvenientes de desbordes de líquidos porque “se producen obstrucciones en la red que impactan en todo el sistema”, al decir de una vecina, que relató que por ello hay vecinos que comenzaron a abrir pozos ciegos.

Según el intendente, se están cambiando las cañerías de hormigón comprimido de 110 mm por las de PVC de 160 mm y aseguró que el 70% de la antigua red ya fue reemplazada, aunque resta iniciar la construcción de nuevos colectores. También dijo que se espera que la SAT mejore la infraestructura de mantenimiento para evitar los desbordes de líquido, y para ello haría falta un camión desobstructor que por ahora no tienen. Suele usarse vehículos de Concepción o Aguilares. Agregó que tienen un proyecto para la instalación de una planta de procesamiento de líquidos cloacales, aunque no se sabe cómo se va a financiar eso, frente a las medidas de austeridad que se presume que tendrá el nuevo Gobierno nacional.

Así las cosas, la situación es seria. Hace falta un mea culpa de las autoridades por no haber encontrado la forma de combinar crecimiento poblacional con adecuación de servicios. Esto es parte sustancial del planeamiento urbano y no se concibe la autorización para construcción de nuevos barrios y viviendas sin la consecuente infraestructura de saneamiento. Llegar a una situación de crisis como la que padece ahora Alberdi indica, por lo menos, esa falta de planificación. No obstante, correspondería que se estudien salidas de emergencia para hacer frente a los problemas del momento mientras se espera que lleguen las soluciones definitivas. Para ello urge que se involucre la SAT en conjunto con la Municipalidad y actúen en consecuencia.