A propósito de la irrupción (hace 20 años) del populismo de los autoritarios kirchneristas, a quienes no les cae bien la vida en una democracia auténtica, ni la gente común necesitada, sino que por lo contrario, son utilizadas astutamente; hoy, un pueblo desorientado, cansado y enfadado, pudo hacerlos a un lado a través del voto a un desconocido outsider, tildado de loco y enfermo mental por aquellos que vieron perder sus prebendas, negocios y ventajas de todo tipo, para lo cual no dudaron en meter miedo a todo el espectro social, machacando que se venía un monstruo. ¿Por qué en la Argentina se tardó tanto en desplazar a esta caterva chusma que llegó a ese estado de degradación por causa de un neofascismo corrupto que sólo iguala para abajo? Además de los fanáticos, el resto está manipulado por “dirigencias sociales” millonarios que extorsionan al Estado para que se ponga con el dinero y a los que reciben los planes sociales sacándoles a cada uno una “comisión”. Los derrotados por la gente -que no están eliminados- sólo aceptan la democracia cuando ellos ganan; si pierden la democracia no existe, temen ver cortados sus privilegios y otros excesos. La prueba está en que a días antes que asuma el nuevo Presidente, están amenazando con paros, marchas, piquetes, acampes en la Avenida de Mayo, luchas “hasta la muerte”, etc. Una gran parte de responsabilidad de esta situación crítica de empobrecimiento intelectual de la dirigencia política y el nivel educativo, del nulo crecimiento económico (recesión). El incremento de la desocupación (atemperado por el hiperempleo estatal), la inflación, etc., les corresponde a los medios televisivos y a la prensa, que se manifestaron con tibieza y sin contundencia ante los delitos de corrupción y robo al Estado; dicho sea de paso, en esta situación no se encuentran LA GACETA ni sus columnistas. No se trata de embanderarse o apoyar a un partido, una derecha o una izquierda. Se trata de pronunciarse con claridad y firmeza en la defensa de los de los valores básicos de una libertad responsable, la democracia, la división y la autonomía de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Aquí cabe un aforismo: “La primera vez que te engañan, la culpa es absolutamente del otro, la segunda vez y las siguientes, la culpa es tuya”, y esta culpa se concreta de diversas formas: la colaboración, el consentimiento, el mirar para otro lado, hablar de “corrección política”, alegar desconocimiento, etc. PD.: El ejercicio de la política es saludable para una comunidad. La mala política es en realidad “politiquería” que carece de fundamentos y racionalidad; es ejercida por “politiqueros”, es decir “chantas”, lo que es nefasto para cualquier sociedad.

Mario Alberto Ricci
Pje. Thames 4.472
San Miguel de Tucumán