La llegada de Javier Milei a la Presidencia de la Nación ha representado una noticia difícil de digerir para distintas fuerzas políticas y sociales del país. En las semanas previas al balotaje, algunos sectores optaron por la neutralidad. Pero en el caso particular de los partidos de izquierda, si bien hubo un apoyo unánime al peronista Sergio Massa, sí realizaron un llamado concreto para que la ciudadanía se abstenga de votar al dirigente libertario.

Teniendo en cuenta el resultado en las urnas, distintos dirigentes del ámbito nacional no dudaron en expresar su descontento por las implicancias que podrían tener las políticas propuestas por el presidente electo.

Eduardo Belliboni, uno de los referentes de la Unidad Piquetera, definió su posición ante la próxima administración nacional y reconoció sus deseos de que al gobierno “le vaya muy mal”. “Yo quiero que fracasen los planes que tiene para reventarle la cabeza a los trabajadores, los jubilados, los estatales. Nosotros nos preparamos para enfrentar a este Gobierno”, enfatizó el referente “piquetero”.

Expectativa cero

En diálogo con LA GACETA, el dirigente del Partido Obrero (PO) de Tucumán, Martín Correa, reconoció que la llegada de un gobierno libertario no genera ninguna expectativa. Según su análisis, resulta difícil imaginar que a Tucumán y al país le pueda ir bien con la implementación de medidas de este tipo.

“Sus anuncios sobre la suspensión de la obra pública ya están significando despidos, porque si opta por ese camino, un montón de empresas que tenían trabajadores de la construcción dicen ‘para qué quiero estos empleados, si se van a suspender las obras’”, manifestó el ex candidato a diputado por el Frente de Izquierda. Y remarcó que, a pesar de este anuncio, en Tucumán no se va a suspender ninguna obra pública “porque no hay ninguna obra pública en marcha”.

Teniendo en cuenta la determinación que tomó el gobernador Osvaldo Jaldo en relación al recorte presupuestario con la supresión de la Unidad de Reconversión Laboral (Unrel), Correa cuestionó que con esta determinación se den de baja “partidas que tenían algún sentido social”, conteniendo a personas que cumplían funciones en comedores y otras tareas barriales.

“No veo a nivel nacional ni a nivel provincial que este gobierno vaya a sacarnos adelante. Será un ajuste muy duro y ese ajuste muy duro lo van a terminar pagando los trabajadores”, aseguró.

Ante la agudización de la crisis económica, Correa imagina que la conflictividad social irá en ascenso. Y pronosticó que la gestión Milei tendrá exigencias rápidas por parte de la sociedad. “Un montón de gente votó a Milei con la esperanza de que van a cambiar las cosas; no porque entiende que Milei viene a ajustar este país. Se le ha dado una oportunidad de que solucione las cosas, y en cuanto eso no suceda se van a olvidar de su voto y lo van a salir a combatir”, destacó.

Ajuste a lo antiguo

“Quedó en claro que lo que había anunciado como novedad terminará siendo lo mismo de antes; es volver a lo viejo, no solo por la designación de su gabinete, sino también por las medidas que está planteando y que demuestran que fue un fraude ante sus electores”, expresó Alejandra Arreguez al ser consultada sobre lo que significará la llegada del líder libertario al sillón de Rivadavia.

Para la dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) los planteos de Milei se derrumbaron después de ser electo. “Dijo que iba a terminar con la inflación y ahora está diciendo que estamos en un escenario, por los próximos 18 meses, de alta inflación. Dijo que el ajuste lo iba a pagar la casta política, pero con las medidas que ya viene anticipando es claro que a los 15 puntos del déficit fiscal que quiere reducir lo van a pagar con puestos de trabajo”, dijo. Añadió que, de cumplir su palabra, la próxima gestión aplicará un “plan de guerra” contra los trabajadores.

Teniendo en cuenta los ajustes que anticipó Milei, Arreguez vaticinó un inicio de gestión similar al que tuvo Mauricio Macri. Y destacó que “la coordinación” de la clase trabajadora será crucial para no afrontar este contexto en soledad. “Ya hay muchas asambleas y eso es auspicioso en la medida en la que se pueda coordinar toda esa fuerza. Yo creo que vamos a tiempos más convulsionados, pero también de mucha mayor organización y hay que ver qué es lo que hacen los sindicatos”, agregó.

Barajar y dar de nuevo

Ambos representantes de la izquierda tucumana reconocieron que el último proceso electoral y la llegada al gobierno de un proyecto ubicado en las antípodas de sus posicionamientos los invita a efectuarse replanteos.

“El resultado nos llama a la reflexión porque, en primera medida, esta fue una elección en la que la gente decidió darle una oportunidad a que gobierne un sector de la derecha en este país. Nosotros sacamos una cantidad de votos discreta en esta última elección y eso nos interpela”, reconoció Correa. Y precisó que el principal trabajo del espacio debe enfocarse en “resistir los ataques que se vienen” y “organizar a los trabajadores”. Según Arreguez, el mensaje de las urnas confirma “un compromiso de lucha y de redoblar los refuerzos en el sentido de la organización”. “No veo yo un apoyo político ciego a Milei, sino más bien un voto con bronca contra el gobierno actual. Por esto tenemos el desafío de estar preparados”, cerró.

“Sin palos en la rueda”

La postura de los gremios ante las medidas del gobierno liberal es uno de los interrogantes en el nuevo mapa nacional.

“No es momento de poner palos en la rueda, todavía no asumió el gobierno de Milei”, aseguró el ex diputado nacional y dirigente de Camioneros, Facundo Moyano. El hijo del histórico gremialista Hugo Moyano advirtió que el resultado de las elecciones nacionales es parte “de la democracia” y “hay que aceptar” la llegada del liberal libertario. Además, analizó en qué clima podrían transcurrir las fiestas de Año Nuevo. “Ojalá que (sea) tranquilo. Fueron cuatro años muy difíciles. Tengo muchas incertidumbres sobre lo que puede ser un gobierno de Milei, no espero que le vaya mal. Espero que le vaya”, afirmó a La Nación.