La Argentina se encuentra en estanflación desde 2011, mientras que el presidente Alberto Fernández entrega el gobierno con un 813,7% de inflación desde diciembre de 2019 hasta la fecha. Así lo señala un informe elaborado por la Fundación Libertad y Progreso. En los 12 años que van de estanflación, la inflación se aceleró del 22,8% anual en 2011 al 142,7% registrado en octubre pasado. Es decir, una suba de 119,9 puntos. En todo ese lapso, la inflación anual más baja registrada en Argentina fue del 21,4%, en julio de 2017, es decir claramente en la zona de dos dígitos. Desde la salida de la convertibilidad en 2002, la inflación acumulada por cada mandato presidencial fue superando a la del anterior. En los 129 meses que duró la Convertibilidad (abril 1991- enero 2002), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló una suba de 48,3%. Durante el mandato de Néstor Kirchner la suba fue de 63,1%. Seguida de los 122,1% y 171,8% de los mandatos de Cristina Fernández de Kirchner. Más cerca en el tiempo, se ve una inflación acumulada de 295,7% para el gobierno de Mauricio Macri. Y se llega al 813,7% de la gestión de Alberto Fernández (hasta octubre).

Por su parte, el nivel de actividad, medido a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), ha oscilado en torno de los mismos niveles durante los últimos 12 años, mientras que la inflación se ha mantenido por encima del 20% anual, y en ascenso, desde 2010. En septiembre de 2023, último dato disponible, el EMAE se ubicó apenas 2,7% por encima del promedio de 2011. Señal de un estancamiento que perdura desde hace más de una década, indica el reporte al que accedió LA GACETA.

Haciendo foco en la administración actual, la estanflación fue la regla. La actividad económica tocó un pico en julio de 2022 que, sin embargo, estuvo al mismo nivel del alcanzado en octubre de 2017, puntualiza el diagnóstico privado. Comparado a ese valor, hoy el EMAE está 0,8% por debajo. Todo en el marco de una fuerte aceleración en los precios, que tocaron el 142% interanual, los niveles máximos desde 1991, acota la fundación.

A su criterio, la actual gestión estuvo acompañada de políticas que buscaron esconder inflación abajo de la alfombra, a través de congelamientos y controles de precios. Sino también que estuvo acompañada por una fuerte distorsión de precios. “Esto se puede ver claramente en la comparativa de inflación núcleo respecto de la inflación de los bienes y servicios regulados. En este sentido, observamos que, desde diciembre de 2019, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de regulados aumentó un 512%, mientras que el IPC núcleo, que excluye los productos regulados y con comportamiento estacional, lo hizo en 866%. Es decir, en promedio, los precios ‘libres’ aumentaron 354 puntos más que los regulados”, explica.

Para peor, los salarios no acompañaron la suba de los precios y quedaron marcadamente por debajo de la inflación. Teniendo en cuenta el Índice de Salarios del Indec, desde diciembre de 2019 hasta septiembre pasado (último dato disponible), acumularon una suba de 683%. Con lo cual, la pérdida de poder de compra ha sido significativo. Por ejemplo, el azúcar aumentó 2.237%, los huevos un 1.395%, el arroz 1.341%, la carne de cuadril 1.043% y la yerba 895%, según el propio relevamiento del Indec.

reuters (archivo)

Estanflación 

Según el director Ejecutivo de en la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, ahora, se puso de moda el término técnico “estanflación” (estancamiento con creciente inflación). “Lo malo es que no terminará hasta que el nuevo gobierno empiece a resolver los problemas de fondo. ¿Cómo? Presentando la hoja de ruta y avanzar en las reformas estructurales”, advierte el economista. Esto, a su criterio, se logrará con la eliminación de todos los controles de precios y regulados, saliendo a un tipo de cambio único, con un Banco Central independiente que no financie al Estado y quitando los subsidios a las tarifas de servicios públicos a los que pueden pagar. Abram cree que en el segundo semestre de 2024 empezará a bajar la inflación y a vislumbra una recuperación de la economía.

“Para salir de esta situación será necesario que el próximo gobierno actúe rápidamente y elimine los controles de capital lo antes posible, de manera tal que sea posible atraer inversiones las cuales serán el motor del crecimiento económico”, señala Lautaro Moschet, economista de Libertad y Progreso. “Para ello debe crearse la confianza suficiente que mantenga estable la demanda de dinero y ahí es indispensable la capacidad que tenga el gobierno entrante de llevar a cabo las reformas estructurales que necesita la Argentina”, propone.