“Uno vuelca en un libro, y principalmente si es de Ciencia Política, mucha preocupación por el país en el que vive”, advierte Gonzalo Aziz en la presentación de su libro “La gestión del diálogo: una política estratégica para promover el desarrollo”.

Aziz es analista político argentino y periodista de “Todo Noticias” (TN). Su obra está inspirada en la tesis que el profesional realizó como cierre del Máster en Política; y es resultado del estudio de experiencias en países desarrollados como Estados Unidos o España.

“El problema es que vivimos en una Argentina pendular donde las reglas del juego cambian todo el tiempo”, sostiene en el segundo encuentro del Coloquio “40 años de la democracia en Argentina”, realizado en el hotel Sheraton. Según expone ante la audiencia, es ésta la principal razón por la cual los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, de Mauricio Macri y de Alberto Fernández no dejaron saldos enteramente positivos.

Es así como expone las cifras promedio de variables macroeconómicas entre 2012 y 2022: el PBI per cápita fue de -0,7%, la inversión sólo llegó a un 15,7%, la inflación dio un promedio de 42,4%, la tasa de desempleo tuvo -por lo menos- un 8,3% de afectados por año y la pobreza alcanzó el 34,3%.

“La política siempre arranca con un diagnóstico que tiene que ser crudo, no hay que mentirse. Y acá es donde uno se siente mal porque dice ¿y cómo están los países que nos rodean?”, declara Aziz. Y presenta en la diapositiva un balance de crecimiento del PBI de países latinoamericanos en los últimos 40 años, donde el principal ejemplo es Chile.

El cambio de reglas

Entonces, habla del caso argentino y explica que la razón por la que “estamos como estamos” es que “sistemáticamente aparece un gobierno, luego viene otro que destroza lo que hizo el anterior y el que sigue hace lo mismo”. Y lanza la pregunta: “¿Quién siente atracción de invertir en un país que cambia las reglas del juego todo el tiempo?”.

Aziz enumera tres particularidades del país: su cultura política confrontativa, la falta de espacios institucionales de relacionamiento y la necesidad de herramientas para materializar esos acuerdos. Es ese el punto central de su libro; el de proponer la garantía de diálogo como medio para el crecimiento del país.

En particular, el profesional defiende -como puntos principales- la necesidad de una reforma de la Justicia, de una ley de coparticipación federal y de un nuevo régimen laboral. “La propuesta de este libro es plantear que un gobierno no puede autopercibirse árbitro, sino que tiene que gestionar profesional y estratégicamente su relación con todos los actores de la dirigencia pública, privada y del tercer sector”, admite.

FOTO GENTILEZA GONZALO CHOCOBAR

Asimismo, habla de una “solución co-creada” en la que intervengan diferentes referentes. “Hacer asuntos públicos corresponde a aquellos problemas que afectan a una porción cualitativa y cuantitativa importante de la sociedad, cuya solución requiere la participación de dos o más actores porque ninguno tiene la capacidad de resolverla por sí solo”, plantea Aziz.

Para ello, resume la actuación en tres pasos: gestionar una agenda estratégica con un mapa de actores, tener un lugar donde materializar los acuerdos que se generaron y formar un espacio donde implementar esa política pública.

El periodista bonaerense sustenta su investigación en dos casos particulares: el de España y el de Israel. Acerca de la cuestión española, Aziz muestra que el país “post Moncloa” -por el palacio encargado de las labores administrativas y gubernamentales de España- logró subir el PBI per cápita un 11,8%, subir nueve puntos la inversión y bajar la inflación de 22,7% a 7,9%.

“¿Creen que a algún español le importaba si estaban tirándose para la derecha o estaban más preocupados por esto?”, cuestiona. Y agrega: “España, con la Moncloa, creció 30 años seguidos a un promedio de 3,5% con acuerdos políticos de la izquierda y la derecha, ingresó a la Unión Europea, adoptó el euro como moneda y son un país propio”.

Con respecto al caso de Israel, muestra que en 1984 subió un 4,8% el PBI, un 15% la inversión y bajó la inflación en un 361,5%. Para cerrar con los ejemplos, introduce una frase de Harry Truman: “Uno puede lograr cualquier cosa en la vida, siempre que no le preocupe a quién se le atribuye el crédito”.