Por Franco A. Fogliata, Ingeniero Agrónomo

La práctica de usar fertilizantes en los cultivos agrícolas es algo habitual para incrementar la producción de manera sostenible y económica, siendo un hecho irrefutable en estos tiempos. Por ello adquiere importancia conocer estadísticas del consumo, producción e importación de estos productos básicos para el agro. El Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA) y la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes (Ciafa), dieron a conocer sus respectivos enfoques sobre el movimiento del mercado de los fertilizantes en el mundo y en la Argentina en particular. En el caso de Tucumán -muy especialmente con los cultivos de la caña de azúcar, citrus, granos, tabaco, etc.- adquieren singular relevancia. Bien manejados, tienen incidencia mayúscula en la producción. Es un tema que el suscripto abordó desde la década 1965-75, en años que había que trabajar muy fuerte para recuperar la alicaída actividad cañera luego del colapso 1966-67. Todos esos trabajos quedaron plasmados en el libro titulado “Agronomía de la Caña de Azúcar, Ed. 1995”. En el Tomo III, Capítulo 10, págs. 1081-1276, está lo concerniente a la “fertilización” etc.

Haciendo particular hincapié con la caña de azúcar, resultará de interés conocer algunos antecedentes al respecto y divido en dos períodos: 1) Desde 1920-60 y 2) 1965-80. En la primera etapa, el reconocido Dr. William E. Cross introduce la fertilización con “salitre de Chile” (nitrato de sodio con 16% de nitrógeno) en reemplazo de la “sangre seca” que se venía empleando. Luego entre 1935-40 introduce el sulfato de amonio con 21% de nitrógeno y desplaza al anterior. Todo con la recomendación de un Kg/N/surco. Las plantaciones eran a 1,80m. entre surcos o sea 55 surcos/ha que requerían 55 Kg/N/ha. La superficie fertilizada apenas llegaba al 20% del área.

En la segunda etapa empieza un enfoque totalmente nuevo, con sólidas bases técnicas y así se da a conocer -por primera vez en el país- el  uso del fertilizante nitrogenado - urea con 46% de nitrógeno- en un cultivo a escala comercial como la caña de azúcar. La base fue su mayor contenido del nutriente, además con menor costo del Kg de nitrógeno comparado con los otros. Se ganó la confianza de los cañeros. También fue novedoso incorporar conceptos que las dosis por aplicar estuviesen basadas en el contenido de nitrógeno total en el suelo y/o la capacidad de producir nitratos y su vinculación con la materia orgánica etc. Al conocer esto, las dosis económicas saltaron a 90-120 Kg/N/ha o sea 198 a 264 Kg/urea/ha. Esas dosis también respondían al punto “de equilibrio económico” según la conocida ecuación de Mitscherlich.

Aquellos 55 Kg/ha quedaron lejos. Actualmente la Experimental (por medio de la Sección Económica) dio a conocer sus resultados donde según las 3 opciones para fertilizar, aquella de urea sola, era con 114/Kg/N/ha, según 4/Kg/surco. Es decir una dosis media de lo señalado anteriormente, aunque aclarando que económicamente rendía más el nuevo fertilizante CAN. Aquí volvemos para señalar que la introducción de la urea en el cultivo comercial de la caña de azúcar era nuevo en el país y todas las miradas apuntaban al trabajo de la Experimental en aquellos años. Ningún gran cultivo de la “Pampa húmeda” se fertilizaba. Tucumán fue pionero total. También se comenzó a fertilizar citrus, maíz y trigo cuando nadie lo hacía. La prioridad la tenía el nitrógeno. Con fósforo casos muy puntuales y potasio nada. Nuestros suelos bien provistos. Ya entre 1970-72 (y lograda la recuperación cañera), los rindes habituales de t/caña/ha oscilaban en las 56/t/ha. Después vino el uso del UAN (32% N) pero en menor escala. La prioridad de Tucumán en incorporar nuevas tecnologías en escala comercial con la caña de azúcar, también se extendió a los herbicidas. Nadie lo hacía en el país y vale recordar esto. Así se instalaron aquí las principales firmas vendedoras de estos productos, creando fuentes de empleos y actividad comercial nunca vistos.

Del reciente trabajo de la Experimental (2023) surgen algunas cuestiones interesantes a considerar. Ejemplo: para el período 2020-23 el costo de la urea está en U$S 738/t y el CAN en U$S 713/t. Si tomamos en cuenta el % de nitrógeno total en c/u de ellos (46% vs. 27%) y en relación al costo, vemos que el “valor del Kg de nitrógeno” resultan U$S 1,60 para urea y U$S 2,64 para el CAN. Veamos qué dicen las estadísticas de aquellos organismos. El IICA con datos actualizados a febrero 2023 señaló algo muy interesante en el sentido que durante 2022, en los 18 países ALC (América Latina y Caribe) el valor en dólares por la importación de fertilizantes desde Europa aumentaron 136,6% en un año, pero en contraposición, las toneladas importadas sólo subieron 4%. Una de las razones estaba por la invasión de Rusia a Ucrania al ser grandes exportadores. Más específicamente Argentina disminuyó la cantidad importada entre 2022 vs 2021, en 19,1%, en tanto lo importado y medido en dólares subió 122,9% por mayores costos. En los países ALC ese rango osciló entre 100% a 155%. Entonces Argentina con valor medio y Brasil a la cabeza. Las cantidades importadas totales por Argentina hacia Junio 2022 fueron 1.326.946/t y con un valor medio por tonelada de U$S 965,17 lo que hizo un total de U$S 1.280.716.

Comparado con 2021 se gastaron más dólares y se importaron menos toneladas. Respecto al nitrógeno (principal fertilizante) los mayores proveedores son Rusia y Georgia por ser grandes productores de gas natural, base para obtener la urea. El vecino Brasil es fuerte importador de potasio por la naturaleza geológica de sus suelos agrícolas - llamado - “latosoles” - por su color rojizo y muy pobres en potasio pero ricos en óxidos de hierro y aluminio. Totalmente distintos a la gran mayoría de los suelos argentinos y de allí la poca importación de este tipo de fertilizantes en nuestro país. La provincia de Misiones es la única con esos suelos “latosoles”. En Tucumán nuestros suelos del área cañera y/o citrícola, etc., están bien provistos de potasio. Brasil gastó 180,2% más en dólares de importación, pero en toneladas sólo creció 16,2% por el costo elevado del fertilizante potásico, siendo Rusia el principal proveedor.

Otro exportador importante es Bielorrusia y así por el actual conflicto armado, ellos contribuyeron al encarecimiento de estos fertilizantes y las consecuencias las están pagando los países ALC. Argentina importó de los citados países en sólo 6 meses del 2022, 106.178/t vs. 289.527/t en 2021 (8%) y en dólares fueron U$S87,314 millones contra U$S 145,214 millones (6,82%). El total de los países ALC invirtieron U$S 4.783 millones hacia Junio 2022 para importar 6.749.619/t con Brasil a la cabeza con 27%. Un dato no menor del informe IICA fue que el dólar se apreció 4% en Julio 2022 y eso ayudó a encarecer las importaciones en nuestros países. Agregó que la “tendencia del crecimiento en los precios internacionales de fertilizantes se los venía observando antes del conocido conflicto armado”. Era consecuencia de un aumento en la demanda mundial, al extremo que en 2021 creció 51,6% vs 2020, liderados por la UE (19,4%), Brasil (17,1%), los EEUU (10,8%), India (10,2%) y China (3,1%). Ellos suman 60% y que en dólares representan U$S 55.000 millones, cifra de gran magnitud. Las exportaciones de fertilizantes son lideradas por Rusia (16,6%), China (15,2%) y los EEUU con 6,1% y suman 54% del total. En valores económicos, el crecimiento fue del 49,4% vs. 2020, sumando U$S 42.000 millones. En el caso de Argentina, el IICA señala que deberá preverse una disminución en el consumo de fertilizantes nitrogenados entre 2022-23, empezando con una baja en el trigo del 36% y maíz 29%. Así ocurrió pues lo confirman los datos de la Ciafa indicando que ese consumo de fertilizantes disminuyó desde 5.720.000 toneladas hasta los 4.769.940/t en 2022. La orientación de las compras de Argentina apuntan ahora a Canadá con las potásicas y un fuerte aumento del 50,6%. ¿Qué dicen las estadísticas de Ciafa? La producción nacional de fertilizantes alcanzó a 1.893.285/t y una importación de 2.982.205/t para cubrir la demanda ya mencionada de 4.769.940/t/año. En tanto las exportaciones argentinas fueron muy pobres, apenas 112.300/t.

En los fertilizantes nitrogenados el mayor consumo estuvo dado por la urea con 2.055.983/t y la sumatoria con UAN, más el nitro-amonio calcáreo, llegó a 2.642.003/t. Los fosfatados sumaron 1.792.584/t, los azufrados con 183.786/t y los potásicos sólo 56.797/t. La importación de nitrogenados en 2022 fue de 1.399.238/t. Las estadísticas oficiales únicamente hacen referencia al consumo del trigo, maíz, sorgo, girasol, cebada, soja, etc., en tanto la caña de azúcar y los cítricos están dentro de “otros cultivos”. Dato curioso y toda una paradoja con lo explicado al principio respecto a la caña de azúcar y la urea. Argentina produce 1.650.000/t/urea/año en dos plantas fabriles: una en Bahía Blanca (la mayor) y otra en Campana (Bs. As.). También produce fertilizantes fosfatados en Ramallo (Bs. As.) y San Martín (Santa Fe) por un total de 420.000/t/año (23,4% del consumo). La importación viene de los EEUU con 26%, Rusia 17%, Perú 14% y China 13%, etc. El total importados suma 1.378.352/t y son MAP (fosfatos monoamónico) y DAP (diamónico).

La Bolsa de Comercio de Rosario, en base de “agrofy news” señala que entre años 2020-21, las importaciones sumaron U$S 1.100 millones.