Cada vez que hay un recambio institucional, y también de signo político, las nuevas autoridades suelen exponer la pesada herencia que reciben de la gestión anterior. La realidad de la Argentina demuestra que, con tantos desequilibrios macroeconómicos, resulta difícil a cualquier administrador encarrilar el rumbo de la actividad sin aplicar medidas que tiendan a corregir los errores o los desfases financieros.

El 10 de diciembre próximo, el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, asumirá como presidente de la Nación, en medio de un país convulsionado por la inflación, con pocos dólares en las reservas internacionales del Banco Mundial, con una cotización libre por encima de los $ 1.000 por unidad que no hace más que golpear al resto de los precios de la economía. Recientemente se supo que el nuevo Presidente heredará la deuda pública más pesada de América Latina. Se trata de U$S 403.800 millones correspondientes al 88,4% del producto bruto interno (PBI), según el último reporte del Ministerio de Economía de la Nación. A fines de 1975, antes del golpe de Estado, la deuda externa ascendía a U$S 7.875 millones. En los últimos 40 años, desde que en el país se reinstauró la democracia, el endeudamiento público no hizo más que crecer.

Un informe elaborado por la Fundación Libertad y Progreso en base a datos publicados por el Ministerio de Economía mostró que a octubre de 2023 la deuda pública del Tesoro Nacional subió a U$S 419.291 millones, alcanzando su máximo histórico. En noviembre de 2019, el endeudamiento bruto del Tesoro Nacional era de US$ 313.299 millones. En otras palabras, el gobierno de Alberto Fernández aumentó la deuda en un 33,8%.

El aumento del endeudamiento también ha sido récord histórico. En los 46 meses de la gestión de Alberto Fernández la deuda bruta subió U$S 106.000 millones. Más de un tercio de la suba, unos U$S 38.517 millones (36% del total), se dio durante la gestión del actual ministro Sergio Massa. Si además se suma el juicio por la estatización de YPF, por unos U$S 16.000 millones, entonces el incremento de la deuda llega a unos U$S 122.000 millones.

Un informe de Ecolatina revela que entre 2024 y 2026, el Gobierno deberá afrontar vencimientos por más de U$S 53.000 millones (excluyendo Letras Intransferibles, Letras en Garantía y Avales), es decir, más de U$S 17.800 millones en promedio por año. Tal endeudamiento condiciona a la nueva administración de Gobierno que ya avisó que dispondrá de poco dinero para sostener, por ejemplo, el ritmo de la obra pública.

El nuevo presidente, Javier Milei, tendrá que restituir la confianza en la Argentina para poder ingresar nuevamente al mercado voluntario de crédito, de tal manera de aliviar la pesada herencia con refinanciaciones de compromisos que eviten futuros impagos, además de constituirse en una clara señal para el mercado de que se hacen esfuerzos para mejorar la reputación del país.