Los informes elaborados y dados a conocer por organismos internacionales no son favorables para el NOA. La Organización de las Naciones Unidas advirtió que a partir de 2020 la cantidad de superficie destinada a la producción de hojas de coca para la elaboración de cocaína había crecido un 35% en Bolivia y Perú. La DEA, la agencia norteamericana que lucha contra el narcotráfico, informó sobre la presencia de organizaciones mexicanas, colombianas, rusas, chinas y brasileñas en ambos países.
La teoría de los estadounidenses es que esos grupos están dirigiendo in situ la producción de droga para luego “exportarla” a los mercados internacionales. Argentina, por la falta de controles, aparece como la mejor opción para “moverla”, como se define en la jerga narco el traslado de la sustancia. Fuentes de Gendarmería Nacional sostienen que por Salta ingresa la cocaína boliviana y, por Jujuy, la peruana.
Tucumán quedó envuelto por las rutas de la drogaLos investigadores sostienen que en los últimos tiempos, por la presencia de esos grupos, los productores no sólo han mejorado los estándares en la elaboración de la cocaína, sino que además han recurrido a novedosos sistemas de clasificación de la droga para tener un mejor control de la actividad ilícita que desarrollan.
Por ejemplo, después de elaborarla y de compactarla en unidades de un kilo, los narcos les colocan sellos. Pueden ser el rostro o el símbolo de jugador de fútbol (la “10” de Diego Maradona, Lionel Messi o el indiscutible CR7 de Cristiano Ronaldo), animales (delfín, tortuga y zorro) y marcas reconocidas a nivel internacional (Tucci, Gucci, Tesla, Coca Cola y Pepsi). “En principio pensábamos que se trataba de identificar al productor, pero después descubrimos que lo hacían para cada comprador y así pueden saber cuál fue el final de la droga si es que en algún momento fue robada por otro grupo”, explicó una fuente.
Los colores de los papeles con los que envuelven a los panes de cocaína también dejó de ser un misterio. Las fuentes consultadas coincidieron en señalar que cuanto más oscuro sea el envoltorio, de mejor calidad será la sustancia. Negro, azul, verde, amarillo y beige son los más utilizados.
El traslado de la droga también tiene sus secretos. La mayoría de los envíos de grandes cantidades (más de 100 kilos) son hacia el noereste. Justamente, los departamentos salteños Anta y Rivadavia y los santiagueños Copo y Pellegrini forman parte de la considerada zona roja de los vuelos narcos (Este tema será tratado en una próxima entrega).
El ”chiquitaje”, como se conoce el traslado de hasta menos de 20 kilos ha tenido un exponencial crecimiento en los últimos meses. Cada vez son más las personas contratadas (reciben hasta U$S100 por cada 10 kilos) para trasladar las sustancias. “Se están aprovechando de la situación del país para buscar personas que buscan hacerse dinero. Pero también están aquellos que no necesitan y lo hacen para mejorar su situación personal”, explicó Amad.
La imaginación de los narcos para ocultar la droga no tiene fin. A la adulteración de los vehículos, con el paso del tiempo se van ideando nuevos escondites. Doble fondo de llantas, calabazas de Halloween, baterías de autos y sillitas de bebé son algunas formas.
Pero los investigadores están chocando con un nuevo problema: el envío a través de encomiendas. Si bien es una práctica común, al masificarse la actividad comercial de manera virtual, cada vez son más las empresas de correo que llevan y traen paquetes, por lo que son más las posibilidades de enviar sustancias.