Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, los viajeros buscan destinos que ofrezcan la combinación perfecta entre descanso y paisajes espectaculares. A solo un mes del inicio del verano y las festividades, muchos argentinos planifican su merecido descanso, y la Costa Atlántica se destaca como uno de los destinos más elegidos en todo el país.

Aunque las hermosas playas atraen a multitudes, hay quienes prefieren la tranquilidad de lugares más apartados del bullicio y las zonas turísticas con alta concurrencia.

En la provincia de Buenos Aires, abundan las opciones costeras, pero solo tres playas se destacan como refugios ideales para aquellos que buscan disfrutar en soledad. Estos destinos, habitados por menos de 50 personas y con escasa señal telefónica, ofrecen una experiencia única de paz y serenidad.

Cuáles son las playas más tranquilas de la Costa Atlántica 

Centinela del Mar: un oasis de tranquilidad

Centinela del Mar es un pueblo costero ubicado en el sur del partido de General Alvarado, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Miramar. Se destaca por sus playas prácticamente vírgenes, alejadas de la vorágine de la ciudad y de plena conexión con el entorno natural. No tiene luz de alumbrado público ni señal de telefonía móvil, pero parece posible conectarse a la señal de internet inalámbrica.

La villa turística cuenta con el pequeño parador La Lagartija, situado en la vieja usina, que ofrece a quienes lo visitan bebidas, gastronomía y alojamiento para pasar la noche escuchando el vaivén del mar.

Arenas Verdes: naturaleza en estado puro

En el partido de Lobería, al sudeste de la provincia de Buenos Aires, encontramos Arenas Verdes, una playa formada por pendientes y dunas que alberga a solo 19 residentes. 

Lo que distingue a este balneario es la presencia de un bosque de pinos arraigado en la arena, dando lugar al crecimiento de diversas plantas en las cercanías de la costa y justificando su nombre peculiar.

La Chiquita: el refugio más solitario

Ubicada en el partido de Villarino, La Chiquita se destaca como la playa más solitaria de la provincia de Buenos Aires. Con tan solo seis habitantes y un acceso complejo, esta joya escondida no recibe gran afluencia turística durante el verano. 

Algunas de las casas locales ni siquiera cuentan con energía eléctrica, lo que contribuye a su atmósfera aislada y apacible.

El balneario es un lugar ideal para la práctica de deportes náuticos como windsurf, vela, kayak, kitesurf, sumado a la posibilidad de realizar pesca deportiva, de costa o embarcado.