Entre los “sacudones económicos” post balotaje presidencial resalta el comportamiento de los papeles argentinos en Wall Street. Ayer a la mañana la petrolera estatal YPF encabezó la disparada de las acciones argentinas con un salto que llegó hasta el 42%. El papel pasó de casi U$S 11 por unidad el viernes pasado a superar los U$S 15 en un momento de la jornada de ayer. Siempre según el precio de sus acciones, la compañía pasó así a valer unos U$S 1.800 millones más.
En medio de esta noticia, el presidente electo, Javier Milei, señaló que “en la transición que estamos pensando en la cuestión energética, YPF y Enarsa tienen un rol. Mientras se racionalicen esas estructuras, se las pone a crear valor para que se las pueda vender de una manera muy beneficiosa para los argentinos”, enfatizó. “Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado, va a estar en las manos del sector privado”, había dicho en una entrevista radial. “A YPF primero la tienen que recomponer. Desde que (Axel) Kicillof decidió estatizarla, el deterioro que han hecho de la empresa en términos de resultados para que valga menos que cuando se la expropió... Evidentemente, lo primero que hay que hacer, es recomponerla”, remarcó el líder libertario.
De esta manera el tema “YPF otra vez privada” o “reprivatizada”, quedó en el tapete. La empresa que ya fue vendida en los años 90, cuando pasó a manos de la española Repsol durante la presidencia de Carlos Menem, fue “renacionalizada” por Cristina Fernández de Kirchner en 2012.
Ese proceso fue parte de un largo juicio en Estados Unidos, donde cotiza la empresa desde hace 30 años: accionistas minoritarios aseguraron que hubo mala praxis en la expropiación que hizo la ex presidenta.
Este año, la jueza Loretta Preska, a cargo de un tribunal del distrito Sur de Manhattan, señaló que las compañías -que le vendieron el derecho a litigar al bufete inglés Burford Capital (conocidos en la jerga financiera como “fondos buitre”) tenían razón. Y condenó al Estado argentino a pagar la friolera de U$S 16.000 millones.
En este punto es donde podría chocar la reprivatización -salvo una negociación con el fondo acreedor- que impulsa Milei de un bien que, según el actual oficialismo, generará el próximo año un ingreso neto de más de U$S 8.000 millones sólo en la exportación de gas desde Vaca Muerta.
Javier Iguacel, mencionado como posible presidente de YPF dijo ayer en una entrevista radial que “hoy YPF no vale nada y ahora Javier no lo piensa hacer (por la privatización). Cuando tenga valor y a los argentinos les sirva, puede que sí. No hablé con él de cargos ni mucho menos”, indicó. “YPF tiene que tener una conducción profesional. Es una compañía que cotiza en bolsa y se debe regir por las leyes del funcionamiento de la economía libre, eso es lo primero que hay que hacer, y compartimos 100% con Javier”, concluyó.