Durante octubre de 2023, la inflación mostró una desaceleración al ubicarse en un 8,3%, volviendo a cifras de un solo dígito y brindando un respiro al Gobierno en la previa del balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei. Los alimentos, aunque aumentaron un 7,7%, se mantuvieron por debajo del promedio general, pero tuvieron una gran incidencia en el índice.
El rubro de alimentos experimentó un incremento del 7,7%, siendo este el que mayor influencia tuvo en el índice general. A pesar de estar por debajo del IPC promedio, representa un aumento considerable en comparación con meses anteriores. Carnes y derivados, pan y cereales, y leche, productos lácteos y huevos fueron los subrubros destacados.
En lo que va del año, los alimentos acumulan un aumento del 134,2%, superando en 14,2 puntos porcentuales al índice general. En el Gran Buenos Aires, el rubro de "frutas y verduras" experimentó el mayor aumento, destacándose la lechuga con un salto del 40,7%, seguida por el tomate redondo (24,5%) y el limón (23,8%). Estos aumentos, ligados a la estacionalidad, suelen reflejar las mayores subas.
Al analizar los precios en detalle, excluyendo variaciones estacionales, se observan aumentos consistentes en rubros como la carne. El kilo de asado aumentó un 8,8%, el cuadril un 6,4%, la paleta un 5,8%, la nalga un 5,6%, y la carne picada un 4,7%. El pollo entero subió un 10,8%, mientras que las hamburguesas congeladas aumentaron un 8,5%.
Otros productos alimentarios sensibles también experimentaron aumentos significativos. El arroz blanco simple subió un 35,6%, los fideos secos un 32,1%, la sal fina un 16,4%, el azúcar un 15,7%, la harina común 000 un 11,7%, el yogur firme un 11,4%, la leche en sachet un 8,2%, el queso cremoso un 7,4%, la leche en polvo un 7,3%, y los huevos de gallina por docena un 5,3%.