Una de las sagas de ciencia ficción y fantasía que más éxito tuvo a lo largo de la historia del cine es Transformers que, con una mezcla de mecánica y heroísmo, conquistó a generaciones enteras. Por eso, ¿quién no soñó alguna vez con tener su propio Transformer para correr por la ciudad? Unos empresarios pusieron manos a la obra y cumplieron el sueño de muchos.

La ficción creada en la década de los 80 llegó a hacerse realidad de la mano de la empresa japonesa Tsubame Industries, la creadora del "nuevo Optimus Prime". La creación de Tsubame tiene por nombre "Archax" y también se convierte en un auto.

Cómo funciona el Transformers real

Archax es un innovador y llamativo robot que mide cuatro metros y medio de altura y pesa tres toneladas y media. Pero, a diferencia de Megatron, solo alcanza una velocidad de 10 kilómetros por hora.

Como parte de su diseño sofisticado, sus creadores decidieron construirlo con 26 articulaciones que le permiten realizar diferentes tipos de movimientos tal como los personajes de la película. Además, quienes emprendieron la misión para crear a Archax, aseguraron que esperan contar con nuevas versiones del robot en el futuro.

La gigantesca mole puede ser controlada tanto desde el interior como desde el exterior. Para los valientes que se atrevan a ser conductores de Archax, la cabina de mando está equipada con una pantalla, tres paneles, dos pedales y dos joysticks, lo que hace que la experiencia se parezca más a la de un videojuego.

¿Cómo se transforma de robot en auto? Sencillo: con un simple botón destinado específicamente a ese fin que permite que, por el movimiento de cabina, el conductor permanezca sentado mientras se produce la transformación.  Los modelos creados –cinco hasta ahora– están a la venta por un valor de U$S2.75 millones.