Durante años las redes sociales se nutrieron de los videos de usuarios que navegaban por Omegle. Pero finalmente Leif K-Brooks anunció el cierre de la web y ayer fue el último día en que ofrecieron sus servicios.

Omegle es una plataforma online por medio de la cual los usuarios podían acceder a videollamadas con personas totalmente desconocidas de cualquier parte del mundo. Al ingresar, el sistema asignaba aleatoriamente parejas para que pudieran comunicarse con cámara y micrófono. Cada usuario tenía la opción de cancelar la llamada para pasar a la siguiente persona en caso de desearlo.

Por qué cerró Omegle

K-Brooks publicó un comunicado en el que explicó los motivos que llevaron a decidir el cierre de Omegle. Entre ellos, alegó problemas de diferentes índoles, entre los que destacaron los financieros. Se anunció que la plataforma dejó de ser rentable y que no se encontraron inversores dispuestos a seguir financiando el programa.

También se reconocieron problemas técnicos ya que en los últimos meses Omegle empezó a ser víctima de ataques cibernéticos, lo que impedía el correcto funcionamiento. Además, por su falta de moderación, la plataforma había sido duramente criticada por ofrecer un espacio a actividades maliciosas como explotación sexual o difusión de contenido explícito inapropiado.

“Omegle ya no es sostenible, ni financiera ni psicológicamente”, escribió K-Brooks y señaló que “la batalla por Omegle se ha perdido”.

El cierre de Omegle fue recibido con una mezcla de reacciones, desde la nostalgia hasta la satisfacción. Algunos usuarios lamentaron la pérdida de una plataforma que había proporcionado una oportunidad para conocer gente nueva y hacer amigos. Otros, sin embargo, celebraron el cierre de una plataforma que consideraban peligrosa.