Mikel vive en Euskadi (en el País Vasco español); está desempleado, su novia lo ha dejado por otro y siente que ha perdido el control sobre su vida. Por decirlo de otra manera, odia el lugar. Por eso acepta la propuesta de un tío segundo (hijo de la hermana emigrada de un abuelo) con el que sólo ha tenido contacto por Facebook, para irse a la Argentina a trabajar en la empresa que su pariente lejano está montando.

Sin embargo, cuando llega se encuentra con algo inesperado: ha llegado a una pequeña Euskadi en un pueblito perdido del interior de Córdoba (provincia donde se filmó buena parte de las escenas), habitada por argentinos que nunca han pisado la tierra de sus antepasados pero que la viven con pasión y de manera idealizada. Por supuesto, desde el momento en el que Mikel pisa la Euskal Etxea, se convierte en una especie de “súper vasco” para toda la colonia. Su tío no tiene nada más para ofrecerle que una idea frágil, camino al fracaso como muchas otras que encaró mientras trata de mantenerse sobrio, y recala en la casa de la anciana que lo confunde con su hermano, ya fallecido y abuelo del propio Mikel.

Este es el argumento de la comedia “El vasco”, que llega al Espacio Incaa de la sala Hynes O’Connor del Ente Cultural de la Provincia (San Martín 251), hoy y mañana a las 20. El filme -una coproducción argentina-española- fue dirigido por Jabi Elortegi, con guión de Arantxa Cuesta y Xabi Zabaleta y actuaciones de Joseba Usabiaga, Eduardo Blanco, Inés Efrón, Laura Oliva, Itziar Aizpuru y Itziar Ituño.

Precisamente, las interpretaciones han sido lo más destacado de esta realización, con personajes que extrañan una tierra que nunca han conocido y acosan al recién llegado para que les relate historias de ese lugar, les solucione preparaciones culinarias que no salieron como dicen los libros, hable sobre los principales autores de la literatura vasca o dictamine quién gana en algún deporte. Por supuesto, no tiene la mayoría de las respuestas, y cuando se queda sin conocimientos ciertos, abundan los inventos, mientras el pueblo se moviliza para construir su propio relato.