El Banco Central elevó la tasa de interés que se aplicará para la refinanciación de los saldos impagos en las tarjetas de crédito a partir de noviembre. La decisión no afecta a las compras realizadas en cuotas con una tasa ya fijada sino a los saldos totales que no se hayan cancelado al momento del cierre (o sea, cuando se realiza el pago mínimo o un pago parcial).

De esta forma, la tasa que se aplicará en los saldos que no se hayan podido pagar sube del 107% al 122% nominal anual (TNA). El costo financiero total será superior al 300%. Este porcentaje aplica a importes menores a los $ 200.000 o equivalentes a U$S 200.

A partir de noviembre saldrá más caro pagar en cuotas las tarjetas de crédito

Pese a actualizar la tasa a causa de la inflación mensual del 12,4% y 12,7% en agosto y septiembre, el Banco Central no ajustó los límites a los que aplica esta tasa regulada, lo que implícitamente es un alza ampliada a un universo mayor de consumidores.

La decisión fue publicada en el Boletín Oficial donde se dio a conocer la Comunicación “A” 7862/2023 de la autoridad monetaria.

La nueva tasa impactará en la deuda acumulada con la entidad bancaria emisora de la tarjeta, pero no modifica el valor de las cuotas que se pudieran haber tomado, por ejemplo bajo el programa “Ahora 12” o con un comercio en particular.

De allí a que la clave para que esta situación no golpee en los bolsillos de los consumidores es el pago completo del resumen.

Esto significa que la cancelación del mínimo, solicitar adelanto de efectivo o pagar en cuotas por fuera del programa “Ahora 12” implicará manejar estos números en el presupuesto particular.

Para este último plan de pagos se extiende la lógica del financiamiento a corto plazo, ya que el “Ahora 3” continúa siendo la opción más elegida.

Tarjetas de crédito: conocé cómo impacta la suba de tasas en el interés por las cuotas y en el pago mínimo

Para los consumos que superan el umbral de los $ 200.000 o U$S 200, la tasa aplicada se adhiere a la regulación por la Ley de Tarjetas de Crédito. Los intereses aplicados no podrán superar el 25% de la tasa que las entidades financieras apliquen a préstamos personales. Es por eso que el costo financiero total dependerá de cada banco, mientras que continuará más costoso el financiamiento en entidades privadas en comparación a las públicas.