La economía también juega su segunda vuelta. Lo que las urnas dijeron el domingo impactó de lleno en los mercados financieros. Las mejores chances del oficialismo, con la candidatura presidencial del actual ministro de Economía Sergio Massa, sumadas a un Javier Milei más moderado para forjar alianzas en la búsqueda de la presidencia, reducirían las probabilidades de escenarios disruptivos, concretamente en el plano monetario y cambiario, observa GMA Capital.

¿Cuál fue el impacto de este nuevo “cisne gris”, de un oficialismo mucho más competitivo y con mayores chances de mantenerse al poder en las variables financieras? Nery Persichini, economista de esta compañía, dice que quizás lo más llamativo fue la caída que experimentó el dólar “contado con liqui” (CCL) en las últimas jornadas, que había cerrado a $ 1.027 en la previa a las PASO. Cotizaciones como esa corresponden a procesos de pánico. “Se trata de un umbral sideral incluso para los estándares de la gestión actual, que solo se compara con CCL vigente en octubre de 2020 ($ 1.120 a precios de hoy). Sostenemos que una buena parte de esa última suba previa a las elecciones generales respondía al miedo generalizado a una dolarización desordenada, un camino posible frente a una potencial victoria de Milei en primera vuelta”, puntualiza el analista de mercado.

La preocupación en torno a esta propuesta yacía en la aguda escasez de dólares. Con reservas netas negativas en torno a U$S 7.000 millones, solo una mayor licuación facilitaría el proceso. A un CCL de $ 1.000, los pasivos del Banco Central (BCRA) equivalen a U$S 36.000 millones; a $ 1.500 por dólar ese stock se reduciría a U$S 24.000 millones y a U$S 12.000 millones con un dólar de $ 3.000. En este escenario, un tipo de cambio exorbitantemente alto y disparatado era condición necesaria para una rápida dolarización. La dinámica de las últimas semanas tenía metido en precios parcialmente este escenario.

Pero, según señala GMA, la victoria de Milei en primera vuelta no se concretó. Si bien todavía existen chances de que el candidato libertario aterrice en la Casa Rosada el 10 de diciembre, esto será posible solo gracias a una mayor moderación. Si pretende superar el 30% hasta 50%, será fundamental que deje de lado sus propuestas más radicalizadas y postergarlas a una “segunda o tercera generación”, puntualiza el diagnóstico privado.

De esta forma, con respecto al viernes de la semana pasada el CCL nominal recortó un 15% hasta $ 871, mientras que la brecha descomprimió desde 194% hasta 149%. Si bien se trata de una revaloración del peso notable, este valor de la divisa todavía se encuentra en niveles históricamente altos. Para poner en perspectiva, indica Persichini, el tipo de cambio máximo que se alcanzó con la salida de Martín Guzmán de Economía sería de $ 922 a precios de hoy, mientras que el CCL en la gestión de Massa promedió $ 768 considerando la inflación. En vistas de una mayor normalización, el “contado con liqui” aún tendría terreno para abaratarse en términos reales. Sin embargo, esta ventana temporal de carry trade, como toda estrategia especulativa, está plagada de riesgos asimétricos, no solo por los avatares políticos sino también por el grado de deterioro de la economía.

Al igual que la arena política local, el mercado financiero argentino parece tener un “cementerio con puerta giratoria”, compara el economista en un trabajo realizado en conjunto con el analista Santiago Franco. Es que, al juzgar por la recuperación de las algunas curvas de bonos, tras lo que parecía un KO irremontable hace poco tiempo, se vivió un renacer muy especial.

Lejos del escenario de un Milei arrollador en primera vuelta y con férreas convicciones de dolarización, los títulos indexados en pesos se dispararon 11%. Pero considerando el recorte del CCL, los retornos en dólares de este segmento escalaron a 27%.

Según los expertos, el resultado electoral antes mencionado redujo el apetito por cobertura, especialmente en aquellas posiciones más cortas. Las tasas implícitas en los futuros de dólar sufrieron grandes recortes en toda la curva. Hacia el cierre del viernes pasado la posición a noviembre implicaba una tasa implícita de 488% TEA. Hoy la misma posición se negocia a 288% TEA.

En las últimas jornadas, precisamente cerca de las elecciones, el Central habría incrementado fuertemente su posición vendida. Esto fue reflejo del salto en el interés abierto, que pasó de U$S 4.000 millones a finales de septiembre hasta U$S 7.600 millones al cierre de ayer, expone GMA. Si bien las menores chances de una dolarización desordenada reducen la búsqueda desenfrenada de cobertura cambiaria, todavía la curva de futuros descuenta una suba del tipo de cambio de 63% entre noviembre y diciembre, producto del importante atraso que acumula el peso y la situación de las reservas, finaliza el informe.