1. Fallas en el armado del plantel
Alexis Ferrero arribó al club en diciembre del año pasado con la promesa de realizar una “reestructuración profunda”. Así, realizó una limpieza de jugadores con respecto al plantel de la temporada 2022, formando un equipo desde cero que era una verdadera incógnita. A pesar de que tuvo algunos aciertos como la inclusión de Emanuel Dening y Nahuel Banegas, la mayoría de los refuerzos llegaban sin ser protagonistas en sus clubes de origen. Con el tiempo, esta decisión termino pasando factura, ya que ninguno pudo cumplir con las expectativas que el club puso sobre ellos a principio de temporada.
2. El elegido para comenzar el proceso fracasó
En un comienzo, San Martín había apostado por la experiencia de Ivan Delfino. Si bien tuvo un comienzo ilusionante con dos victorias consecutivas (Estudiantes de Río Cuarto y All Boys), el equipo fue perdiendo sus virtudes, dejando muchos puntos en el camino. Si se evalúa todo su proceso, solo pudo sumar 11 unidades en 10 partidos. Su salida se consumó luego de la derrota por la mínima ante Defensores Unidos en la décima fecha. Luego, Alexis Ferrero tomó las riendas de la situación por cuatro partidos en los que consiguió dos derrotas y dos victorias. A partir de la fecha 15, Pablo Frontini fue quien tomó la batuta del equipo.
3. Nunca consolidó su levantada
Si bien el inicio de la era Frontini parecía auspiciosa (venció a Patronato, Güemes y Deportivo Morón de manera consecutiva), San Martín navegó entre altibajos que no le permitieron repetir el hito conseguido entre las fechas 15 y 17. El equipo dejó pasar demasiadas chances que le hubieran dado el pase a la final por el primer ascenso a la Liga Profesional. Este fue el principal motivo por el que nunca se colocó el traje de serio candidato. Mucho más se expuso esta situación en las últimas cinco jornadas. En este periodo, el “santo” obtuvo tres empates y dos derrotas que terminaron de sepultar sus aspiraciones.
4. Paupérrimos números como visitante
En toda la campaña, San Martín tuvo cuatro victorias de los 17 partidos jugados en esta condición (23% de efectividad). Si se consideran los cinco empates, sumó 17 puntos de los 51 posibles (33,3% de los puntos posibles). En la comparación con los finalistas por el primer ascenso, Almirante Brown cosechó 24 puntos fuera de casa; en tanto, que Independiente Rivadavia logró 27 unidades en esta condición. Estos números dejan a las claras que la irregularidad terminó pasándole factura al “santo” que nunca se sintió cómodo jugando sin su público.
5. Demasiadas derrotas en un torneo
San Martín acumuló 12 derrotas a lo largo del campeonato. Demasiadas para un equipo que aspira a quedarse con un ascenso a Primera División. Si se los compara con los equipos que lucharán por el primer ascenso, la “lepra” mendocina tuvo la mitad de caídas (disputando tres partidos menos); mientras que la “fragata” cayó tres veces menos que el “santo”. En caso de tomar los últimos campeonatos, Belgrano solo tuvo cinco derrotas a lo largo de un campeonato de 36 fechas en 2022; en tanto, Tigre solo tuvo seis caídas en 32 jornadas disputadas en la campaña 2021.
6. Los refuerzos de mitad de temporada no rindieron
Mateo Acosta, Ivan Zafarana, Leonel Pierce y Leandro Ciccolini no fueron las piezas necesarias para que San Martín de un salto de calidad. El que más minutos sumó de todos ellos fue el ex Central Córdoba que jugó 14 partidos (10 como titular), sumando 764 minutos. Lo sigue el ex Brown de Adrogué con 753 minutos que se perdió las últimas cuatro fechas a causa de una lesión en el muslo izquierdo.
7. Frontini no encontró el “11” titular
Desde su arribo al banco “santo”, Pablo Frontini debió realizar constante rotaciones en el “11” inicial. Si bien logró consolidar una columna vertebral con Darío Sand, Nahuel Banegas, Gustavo Abregú, Leonel Bucca y Emanuel Dening, lo cierto es que los infantilismos (ocho expulsiones en todo el torneo) y las constantes lesiones hicieron que los actores de reparto debieran ser modificados de manera recurrente. En consecuencia, el DT no pudo constituir una base sólida para la etapa final.
8. Falta de liderazgo idóneo
San Martín careció de líderes tanto dentro como fuera de la cancha por lo que nunca se pudo explotar el máximo potencial de todo el plantel. Esto quedó manifiesto en la eliminación frente a Riestra, ya que no hubo ningún jugador que pudiese bajar los decibeles a aquellos futbolistas que se preocuparon más por discutir el arbitraje, que por el juego que mostraba el equipo. Así, el “santo” volvió a caer en un estado de locura y ansiedad que lo dejó sin el premio mayor.
9. No aprovechó la localía en momentos definitorios
Si algo caracterizaba a San Martín, era la fortaleza que había forjado en La Ciudadela. Durante toda la fase regular, solamente había perdido un solo partido (frente a Guillermo Brown en la fecha 9). No obstante, en los partidos definitorios frente a Güemes, Almirante Brown y Riestra, el equipo no pudo hacer pie siendo consumido por los nervios del entorno. Esto se profundizó con la poca producción ofensiva del equipo. En los últimos 180 minutos como local, el “santo” no contabilizó un disparo frente al arco, exponiendo un déficit que no pudo sanar.
10. Baja de rendimiento en la recta final
En los partidos definitorios, San Martín sufrió una baja de nivel en todas sus líneas, exponiendo todas sus debilidades. Si bien fue la segunda defensa menos vencida de toda la fase regular (le convirtieron 24 goles en 36 partidos y solo fue superado por Chacarita en este aspecto), no pudo refrendar esa situación ante Defensores de Belgrano y Riestra. Tampoco, pudo sanar el déficit goleador debido a la poca generación de oportunidades de peligro. En las últimas cinco fechas, solo marcó dos goles (uno frente a Güemes y otro frente a Defensores de Belgrano) dejando a las claras que existía una fuerte “Dening-dependencia” en el aspecto ofensivo (marcó 15 goles en todo el torneo).