Desde su fundación el 11 de diciembre de 1857, la Masonería Argentina captó la curiosidad de muchos, suscitando interrogantes y fascinación por sus reuniones, ritos y tradiciones, muchas de las cuales estuvieron veladas bajo un velo de secreto para los no iniciados.
Sin embargo, en tiempos recientes, se experimentó un cambio notable en su hermetismo. Parte de sus actividades se fueron dando a la luz, y los masones apostaron por una apertura proactiva con políticas dirigidas a la expansión de sus filas.
Cuál es el origen de la masonería
El término "masón" proviene del francés "maçon", que significa albañil o constructor. La historia sitúa a los primeros masones como los constructores de majestuosas catedrales y palacios medievales franceses. En ese entorno, se formaron cofradías entre albañiles, compartiendo secretos de construcción y técnicas. Con el tiempo, esta agrupación se amplió, integrando arquitectos, escultores y herreros, admitidos si llevaban una vida honesta y recta.
El surgimiento de las logias se remonta a comienzos del siglo XVIII en Londres, con la conformación de la Gran Logia de Inglaterra. Los masones se definen como individuos unidos por fines éticos, morales y filosóficos, buscando la sabiduría para convivir en armonía social, guiados por el "amor al prójimo" y el deseo de ser útiles a la sociedad. Defienden los principios de libertad, igualdad y fraternidad.
La esencia de su identidad se simboliza a través de la escuadra y el compás: la primera representa el equilibrio entre materia y espíritu, con el ángulo recto simbolizando la rectitud de vida; el compás representa el espíritu y la letra "G" alude a Dios y a la Geometría. Los tres puntos presentes en su simbología se refieren a la ciencia, la justicia y el trabajo.
Cuándo surge la masonería en argentina y que próceres pertenecieron a ella
En Argentina, la masonería tuvo su génesis con la constitución de la Gran Logia el 11 de diciembre de 1857, uniendo diversas logias como Unión del Plata, Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración, Lealtad y Constancia. José Roque Pérez, elegido como gran maestre, marcó su inicio, junto con el doctor Manuel Gregorio Argerich, ambos fallecidos mientras asistían a los enfermos durante una epidemia de fiebre amarilla.
La presencia masónica fue significativa en la historia argentina, con figuras de renombre como José de San Martín, fundador de la Logia Lautaro, Manuel Belgrano, Vicente López y Planes, Mariano Moreno, Tomás Guido, Justo José de Urquiza, entre otros, vinculadas a la masonería y desempeñando roles importantes en la historia del país.
Durante la lucha por la independencia, los miembros de la masonería frecuentemente se referían a la logia como un "consejo secreto de gobierno" o "Academia de Matemáticas", manteniendo así su identidad confidencial.
La influencia de la masonería se extendió a momentos clave de la historia argentina, como la federalización de Buenos Aires en 1880 o la promulgación de la ley 1420 de educación común, laica, gratuita y obligatoria, que exalta la influencia del Gran Maestre Domingo Fautino Sarmiento en la concepción de esta norma.
Pablo Lázaro, máxima autoridad de la Logia en Argentina y a su vez el presidente más joven, manifestó a Perfil, que “en algún momento de la historia argentina la logia fue un secreto”, aseguró.
“Nosotros decimos que la masonería no es secreta sino discreta. A lo largo de la historia, la Masonería ocupó diversos roles donde literalmente se jugaban la vida algunos miembros como en las revoluciones americanas”, contó.
"Hay grandes influencias de la políticas que fueron masón. Hasta Raúl Alfonsin o el mismo músico Adrián Otero", detalló.