La dura eliminación caldeó los ánimos de los hinchas que no se bancaron un nuevo fracaso.
Muchos hinchas de San Martín se agolparon frente al vestuario local para pedir explicaciones de lo que había sucedido en este juego, pero sobre todo por una campaña que nunca terminó de cuadrar.
Sand, Quilez y Banegas, los únicos que zafaron del aplazo en San Martín de Tucumán“Que se vayan todos”, fue el grito más repetitivo y que dejó en claro la bronca de los hinchas por sumar una nueva decepción.
La campaña de San Martín de Tucumán tuvo el final anunciado, que los hinchas se negaban a verLos principales apuntados por los hinchas fueron el presidente Rubén Moisello y el vicepresidente segundo Carlos Cisneros. Ellos dos, y el manager Alexis Ferrero, fueron los apuntados como los responsables haber armado un plantel que no estuvo a la altura del club, y se llevaron la mayor parte de los insultos.
Los cánticos iban acompañados de proyectiles hacia el cordón policial que se había formado alrededor del vallado.
Incluso, según le confirmaron a LA GACETA, un grupo de hinchas llegó hasta la puerta del “Santo Store”, rompió los vidrios y se robaron algunas prendas.
También hubo reproches contra el árbitro Diego Ceballos. El juez completó una noche llena de polémicas que terminaron desmoralizando al equipo; y más de un fanático le hizo saber su descontento por su actuación.
Entre tanta tensión, la ovación de la noche se la llevó un histórico del club: Gonzalo Rodríguez, quien junto a su familia bajó por la escalera que da a calle Bolívar y recibió el caluroso afecto de los fanáticos.
El juego detrás del juego: Frontini erró la planificación, pero el plantel de San Martín de Tucumán no estuvo a la alturaPero, las aguas no se iban a calmar. Los reclamos iban in crescendo; lo que hizo que más policías debieran reforzar la seguridad en la zona del estacionamiento.
Con sus escudos y con caballos, avanzaron en contra de los hinchas a los que desplazaron hacia fuera del estadio. Para dispersar la multitud, realizaron disparos con balas de gomas, que desataron corridas en las inmediaciones de La Ciudadela.
Pablo Frontini, al igual que luego del partido contra Defensores de Belgrano, volvió a suspender la conferencia de prensa.
El único del plantel que decidió hablar fue Nahuel Banegas, quien apuntó todos los cañones contra el arbitraje. “Hoy fue una vergüenza. Dematei tiene la cara de salir a decir que le hablen de fútbol; de cómo se plantaron acá. Se tiraron atrás y dependieron del árbitro. No nos cobraron dos penales, no lo echaron a Céliz. El segundo tiempo no se jugó. Así todo es muy difícil”, dijo.
El plantel “santo” recién pudo dejar el estadio pasadas las 1.