La crisis alimentaria azota a los comedores y merenderos, con atrasos en la entrega de mercadería y con disminución en la variedad de productos por falta de stock, según denuncian los encargados de comedores, que advierten que, al mismo tiempo, la demanda se va incrementando.

El reclamo es por aumentos correspondientes al “aumento natural y dramático” de gente que se acerca a los merenderos, por lo cual no responden ni el Estado provincial ni el nacional, según explicaron. Una encargada dijo que la Nación sólo les entregó alimentos en marzo, en abril, en julio y en septiembre. En detalle, el Gobierno nacional se encarga de entregar los productos secos como arvejas, garbanzos, harina, lentejas y yerba mate. “Es absolutamente imposible mantener un comedor con el tipo de mercadería que se entrega; a yerba y garbanzo no se puede mantener un merendero y esa cantidad de harina se consume en menos de una semana”, planteó un referente. En cuanto al abastecimiento de alimentos del que se encarga el Estado provincial, dijeron que no hay demoras pero sí cuestiones de “organización, desidia y maltrato” a la hora de retirarlos y que “este año no hubo ni un kilo de aumento”. Según describen, desde la pandemia se triplicó la cantidad de personas y se abrieron más merenderos, pero el aumento de entregas de Nación y Provincia no fue proporcional. Esta información, que se refiere sólo a algunos comedores y merenderos, se repite cada tanto en distintas partes de la provincia. En agosto fueron los proveedores de alimentos para 200 escuelas que advirtieron que “los pagos están retrasados”.

Poco antes, referentes de comedores de Concepción habían dado cuenta de la crisis por aumento de demanda en lugares donde antes sólo iban niños y ahora van familias enteras y también adultos mayores. En el comedor municipal de Concepción la provisión de platos de comida a niños y adultos ascendió de 150 por día a más de 300.

Al respecto, en el Banco de Alimentos, que lidera estrategias para reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos y beneficia a 120 organizaciones sociales y a más de 40.000 personas por mes en Tucumán, advierten sobre la emergencia en un país con más de un 40% de pobres.

Los reclamos y advertencias deberían generar respuestas en la organización del Estado. ¿Cómo se ayuda a esas amplias porciones de la sociedad que no pueden acceder a lo básico? ¿Cómo se ayuda a personas con necesidades especiales en nutrición, como ser celíacos o diabéticos, con productos básicos de alimentación? “Si no tenemos un cuerpo sano, no vamos a poder hacer nada de lo que nos proponemos en la vida”, reflexionó una nutricionista en las recientes jornadas de Unsta emprende.

En la emergencia se espera, por un lado, que la organización del Estado funcione con precisión y que se afiance la convocatoria a la ayuda privada, a fin de evitar que se agrave la crisis alimentaria.