A la inflación actual seguida de la escalada del dólar se suma la estrepitosa modificación de precios en los comercios. No hay límites en los valores de alimentos y productos de primera necesidad, varían de forma descontrolada en perjuicio de la sociedad que padece salarios muy deprimidos. El estado nacional y provincial debe controlar desde la producción hasta la góndola e imponer precios de máxima para sostener el consumo. No hay que olvidar que estamos cerca de fin de año donde los alimentos de por sí suelen tener variables en alza debido a las fiestas.

Williams Fanlo 

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