Hay cerca de 100.000 argentinos o hijos de argentinos viviendo en Israel. Es una comunidad muy grande, en un país de 9 millones de personas. Muchos tucumanos de la colectividad judía emigraron o se instalaron por un tiempo en ciudades como Haifa, Metula o la misma capital, Tel Aviv. Una porción de los emigrados vive o vivió en kibbutzim, unidades económicas colectivas, agrícolas o industriales, sobre las que se construyó el germen de Israel, desde inicios del siglo XX.

Estos lazos se mantienen, aunque hayan pasado años desde que personas o familias completas se instalaron en este territorio de Medio Oriente, hoy en medio de una escalada bélica como no se ha visto en 50 años, tras los ataques perpetrados el sábado por células terroristas de Hamas, el grupo fundamentalista que gobierna en la Franja de Gaza.

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“Familiares, amigos, conocidos, compañeros de estudio...”, enumera Fabián Neiman, titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), filial Tucumán. “Nos toca muy de cerca como judíos, como argentinos, como personas con valores occidentales respetuosas del derecho a la vida y a la libertad: dos valores que las organizaciones terroristas islámicas desdeñan, incluso para ellos mismos”, señaló en una entrevista con LA GACETA Play. “Eso pone a Occidente ante una lucha difícil: ¿cómo se enfrenta a alguien que desprecia su propia vida? -se preguntó-. Mucho menos va a respetar otras vidas, la de la abuela que se la llevaron secuestrada, o la de la familia con bebés que asesinaron a sangre fría en sus propias casas”.

Si alguien tenía dudas acerca de qué era Hamas, dijo Neiman, quedó claro con la difusión de los videos (grabados por los mismos atacantes) en los que se ve cómo persiguen, secuestran o matan a los asistentes a una fiesta electrónica al aire libre, el sábado a la madrugada; o cómo ingresan en casas del kibbutz Nir Oz, o aldeas del sur de Israel.

“Para quienes no lo conocían, Hamas mostró su verdadero rostro. Con ese salvajismo demostró que está muy lejos de querer un Estado palestino independiente. Lo que quiere es suplantar el Estado de Israel”, señaló.

“Son salvajes -insistió-. Eso es el terrorismo: intentar fines políticos aterrorizando la población civil, es filmar imágenes de muerte y difundirlas”.

También anticipó que empezó “el juego psicológico” y que es muy posible que en los próximos días, empiecen a difundirse imágenes de gente secuestrada: “No sabemos cuántos ni quiénes de los 150 secuestrados están vivos y cuántos fueron asesinados y sus cadáveres llevados a Gaza. Saben que Israel es capaz de dar cualquier cosa para traer de vuelta el cuerpo de una persona asesinada y darle la sepultura que corresponde”.

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Ayer se supo que al menos cuatro civiles murieron mientras estaban bajo custodia de Hamas, a pocos metros de donde militantes armados los escoltaban cerca de la frontera con Gaza, según muestran videos obtenidos y geolocalizados por la cadena estadounidense CNN.

Un video del kibbutz de Be’eri, en el sur de Israel, mostró a combatientes armados con vehículos quemados y una excavadora al fondo. Al final del video, difundido por un canal de Telegram afiliado a Hamas, pueden verse cuatro cadáveres en el suelo. Be’eri está a cinco kilómetros de la frontera oriental de Gaza.

Junto con otras ciudades y asentamientos cercanos a Gaza, como Ofakim, Sderot, Yad Mordechai, Kfar Aza, Yated y Kissufim, fue uno de los primeros objetivos de los combatientes de Hamas en la matanza y toma de rehenes sin precedentes y coordinada del sábado por la mañana.

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El delegado de la DAIA en Tucumán comparó los ataques del 7 de octubre con los que llevó a cabo Al Qaeda en Estados Unidos, el 11 de septiembre de 2001. “Este es el 11S del Estado de Israel”, dijo. También se refirió a las organizaciones terroristas musulmanas como “capaces de cualquier cosa” y afirmó que hay que tomarse muy en serio las amenazas de Hamas. “Hemos visto, hace una década, la aparición de otro grupo de salvajes, el ISIS (Estado Islámico), que filmaba las decapitaciones en vivo”, recordó.

La Franja de Gaza, una tira de tierra que quedó al sur de Israel, está gobernada desde hace 17 años por Hamas. La organización ganó las elecciones, en 2007, pero desde entonces está en el poder, sin llamar a elecciones y con una política cada vez más beligerante, a medida que Israel endurece las restricciones de paso y de vida en este territorio de 360 kilómetros cuadrados, con una población de casi 2 millones habitantes, que viven en extrema pobreza y casi sin servicios sanitarios o ayuda humanitaria.

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Pero el pueblo palestino no está exento de responsabilidad en su propio padecimiento, sostuvo Neiman. “El pueblo palestino no ha podido tener, en los 75 años que lleva el Estado de Israel, una representación o un gobierno que reconozca el derecho del pueblo judío a tener una nación. Estoy seguro que hay muchos palestinos moderados, pero también sé que no han podido, no han sabido o no han querido hacerse del poder y conseguir una representación mejor que la de estos salvajes que los gobiernan”.

Insistió en que Israel “es un Estado democrático, próspero, seguro y respetuoso de los valores como la vida y la libertad”, que pelea por su derecho a una existencia pacífica.